1. El señor Manuel X


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Voyerismo Autor: dbeni72, Fuente: xHamster

    Si me levantaba, no tenía donde esconderme, así que entre el susto de los pasos, y que apenas tenía tiempo de reacción, opté por seguir con el trapo de cocina secando el suelo a cuatro patas, como que no le había sentido, e improvisaría sobre la marcha.El corazón me latía con fuerza, y estaba muy nerviosa, pero continué con lo que estaba haciendo como que no había escuchado nada. Se veía perfectamente con los primeros rallos de luz, así que era imposible que no me viera. Los pasos se acercaron a la cocina, y sentí como se paraban en seco en la puerta. Yo estaba al borde del infarto, mientras acababa de secar el agua caída, moviendo mis caderas a cada movimiento de trapo.Apenas serían tres segundos los que estaría frotando el suelo con los pasos que se habían parado frente a la puerta, y justo me incorporé para dejar el trapo en la lavadora sin pisar lo mojado, quedando de lado a la puerta, pero en ningún momento girando mi cara hacia donde estaba él. En ese momento sentí como una figura de un hombre se metía de nuevo al pasillo y los pasos se alejaban. Me apoyé en la lavadora, y respiré hondo intentando calmar el nerviosismo, mientras mis oídos estaban pendientes de cualquier sonido. Escuché entornarse la puerta de la habitación de nuestro vecino, pero sin cerrarse del todo, y como debía estar tumbándose de nuevo en su cama, con lo cual me fui calmando yo también.Vaya experiencia, pensé. Mi cuerpo desnudo y a cuatro patas siendo observado por el señor Manuel. Y curiosamente ...
    ... me empecé a sentir ligeramente caliente y húmeda. Continuaba desnuda, y mis pulsaciones habían bajado de intensidad y velocidad.Salí sin hacer ruido de la cocina, y al llegar a la altura de su habitación, estaba la puerta estaba entornada, y pude ver que estaba tumbado encima de la cama con su pantalón corto de pijama.Necesitaba desahogar tanta calentura, y no precisamente por ese calor tan agobiante. Entré en nuestra habitación, y sin cerrar la puerta por si corría un poco el aire, abrí mi mesilla, y cogí el vibrador. Lo conecté sin importar si se oía el poco ruido que genera, y abierta de piernas, dejé que acariciara mi sexo por fuera. Estaba desinhibida, me había calentado tanto toda esa serie de situaciones del último día, que no me importaba que escuchara mis respiraciones y gemidos.Mi sexo estaba empapado, y era una maravilla sentir mi juguete sobre mi clítoris, y acariciar mi sexo por fuera. Estaba tan empapada, que el vibrador entró solo. Qué rico se sentía, y qué bien entraba y acariciaba mis paredes vaginales. Mis jadeos, sin ser escandalosos, tomaban más fuerza. Ya no aguantaba más, así que con el vibrador hasta el fondo, apoyé la parte destinada para el clítoris sobre este, y exploté con unos intensos jadeos. Poco a poco fue perdiendo intensidad mi orgasmo, relajando mis piernas, aprovechando esos últimos latidos tan deliciosos de mi cuerpo. Lo apagué, y lo dejé unos momentos más dentro de mi vagina. Estaba tan desfondada y relajada, que me quedé en esa postura ...
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