1. Debut, Despedida y Rencuentro.


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... existencias. Un obsequio de despedida sin igual, indeleble, más perdurable que las fotos que habíamos intercambiado horas antes. Transcurridas algo más que dos décadas, Juan, regresó. Nos encontramos, casualmente, en una calle cualquiera de nuestra ciudad. Él casado con dos hijos, yo casada con tres. Nos sentamos en un bar a tomar un café, actualizarnos y recordar. Una semana después, no fue el cerezo que nos cobijó sino un cuarto de hotel para parejas y, obvio, no hubo torpezas ni intentos fallidos como en nuestra primera vez. Nos desnudamos, casi con precipitación diseminando las prendas en el piso y entramos al recinto cilíndrico de la ducha. Mis tetas, concha y nalgas deben haberse convertido en las más limpias del universo, dada la dedicación que le dispensó. Por mi parte, no podía creer que Juan tuviese un “bate” tan duro como el que palpé al jabonarlo, enjuagarlo y manosearlo con lujuria. Me pareció de buen tamaño, mucho mayor de los algo más de 10 cm inaugurales y me estremecí imaginándolo dentro de mí. De hecho, en plena acción poco después, me arrancó varias quejas de dolor al embestirme. Nos secamos, desprolijos, apurados y nos zambullimos, abrazados, en el colchón. Él se hundió entre mis piernas y la emprendió a lengüetazos en mis labios mayores y el clítoris. No se hizo esperar mi primer orgasmo. No había dejado de temblar de placer, cuando sentí su verga recorriendo mi vagina por afuera, subía y bajaba rozándome suavemente. No lo dejé que siguiera con el juego, ...
    ... le rogué con desesperación que metiera su carne dura en mi cueva incendiada. Ahí sí, comenzó a cogerme sin más firuletes. Segundos después estaba hecha un volcán; gemí, suspiré, le grité mi placer. El a su rabo le añadió el valor agregado de increíbles caricias (algunas inéditas para mí. Tanto me gustaron que le pedía “replay”) y el susurro de hermosas palabras: “diablita deliciosa…”, “que dulce estar, de nuevo, dentro tuyo…”, “me está faltando otro beso…”, “haceme otro mimo de pelvis…”,………. El placer de hacer el amor es como el fuego y si no se comunica, languidece. El hizo que me sintiera una mina “number one”. Su orgasmo, (tuve la sensación de que me regaló como medio litro de semen tibio), fue precedido por lo menos por dos míos, con desparpajo de fluidos femeninos a juzgar por la mancha húmeda que dejé en la sábana. Lo disparatado es que yo quiero a mi marido y, mirándolo bien, me parece, hasta más “pintón” que Juan y, simétricamente, la esposa de éste – que conocí días atrás, es, decididamente más linda y está “más buena” que yo físicamente. A solas, siento que es duro y me apena ser infiel, pero suena mi celular y: - Mariana, mi amor ¿Nos vemos? … ¿Cuándo y donde? – No se me ocurre otra respuesta que: - Claro, Juancito querido, te lo digo con un mensaje – Y, tras pergeñar una buena cobertura, allá voy a besarlo, abrazarlo, a hablar e, indefectiblemente después, a “amasijarme”, en un cuarto de hotel con él. Llevamos más de cinco meses de encuentros infidelísimos. Creo ...