1. IN VITRO


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos

    ... cambiado de sitio. Ahora estaba sentado al lado de mi mujer y le decía algo al oído. Marta asentía y reía de vez en cuando. Así estuvieron un par de minutos más, hasta que decidí entrar y romper el encanto. Sentía una mezcla de celos y excitación. No entendía cómo aquella situación no me ponía violento y echaba a Nacho de mi casa. El muy cabrón estaba calentando a mi mujer delante de mis narices! -Perdona Raúl, te he quitado el sitio! -No no tranquilo, no te muevas. Habéis hecho muy buenas migas. Todos nos reímos y nos acabamos la copa. Nacho nos contó una anécdota muy sucia de Brasil. El tío no se cortaba: -Y la tía se montaba encima de mí y se movía como una loca! Y cuando se corría la hija de puta se me meaba encima! Podéis creerlo? Yo sólo lo había visto en las películas, pero es cierto joder! Y tuve que recorrerme miles de kilómetros para poder ver eso, es la hostia! Marta no paraba de reírle las gracias y Nacho la complacía con todo tipo de historias y chorradas que se le iban ocurriendo. La verdad es que tenía mucho mundo, en todos los sentidos. En ese momento se le ocurrió la idea a Marta de tomar la última copa: -Anda cariño, vete a ponernos la última copa pero no me la cargues mucho que voy ya un poquito mareada jijijijijji -Sí Raúl, vete a la cocina un ratito anda jajaja Se echaron a reír los dos. Era obvio que a Marta se le había subido el vino y las dos copas, y a Nacho también. El muy cabrón había puesto la mano en la pierna de Marta, a la altura en la que ...
    ... se acababa el vestido negro y empezaban sus medias. Mi mujer no dijo nada, es más, la muy zorra sonreía. Me levanté y fui a la cocina, dejándoles solos en el comedor. Aunque no pretendía beber más, me serví la última copa un poco menos cargada. Cuando tuve las tres copas preparadas, me acerqué despacio a la puerta del salón y observé unos segundos en silencio. Marta estaba muy pegada a Nacho, se había dejado caer casi en su hombro, y el muy cabrón le seguía diciendo cosas al oído. Decidí entrar y romper una vez más el encanto. -Bueno bueno, ya estoy aquí con las copas. He de reconocer que se me está subiendo el Vodka a la cabeza! Nacho se echó a reír y dijo: -Y a mí también se me está subiendo otra cosa Raulito! Es que entre el calor del alcohol y lo buena que está Martita aquí no hay quién pare, ya sabes! Los dos se miraron unos segundos mientras yo dejaba las copas en la mesa. Marta estaba hipnotizada con el paquete que se le notaba en el pantalón al cabrón de Nacho. Y él se comía el cuerpo de Marta, lo recorría de cabo a rabo, y luego sonreía. Era un cerdo! Nos tomamos la última copa entre risas. Yo me sentía molesto con la actitud de mi amigo, pero me dolía más cómo se estaba comportando Marta. Menuda zorra pensé. Contra todo pronóstico, Nacho se levantó y dijo: -Bueno, os tengo que dejar. Pero estoy seguro que nos veremos muy pronto. Nos despedimos un poco apresuradamente y Nacho desapareció escaleras abajo. Dónde iría con tanta prisa? De qué habían estado hablando tan ...
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