1. Mi experiencia inolvidable


    Fecha: 22/02/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Soy casado, tengo 49 años de edad. Lo que me ha pasado es lo siguiente: Conozco a un excompañero de trabajo desde hace años, que después de tantas veces que me había invitado a estar con él en la intimidad, yo realmente sentía miedo o no sé qué, pero me daba un poco de temor estar con otro hombre. Solo me la había chupado a escondidas, y lo hacía de una forma tan rica que casi me vine en su boca más de una vez. Pero era hasta allí donde habíamos llegado. Pasaron varios años y un buen día nos encontramos, y me hizo de nuevo la invitación de estar juntos en su casa. Sentí esa sensación por descubrir algo nuevo; nunca había tenido sexo con un hombre; solo con mujeres. Pero ahora puedo decir que estar con un hombre es algo distinto; es una sensación diferente; es un placer excitante. Así que cierto día le marqué, nos pusimos de acuerdo y me presenté en su casa; vive solo. Me sentía muy nervioso, y me pidió que me tranquilizara. Me empezó a besar; yo como que no quería aceptar sus besos, me picaban sus bigotes. Pero ya estaba allí y solo me dejé llevar por él. Me empezó a desnudar y el hizo lo mismo. Al quedar complemente desnudos, vi su pene bien grueso; creo que al doble del mío. Me pidió que nos bañáramos; nos fuimos a la regadera. Allí siguió besándome y acariciándome todo el cuerpo; y yo haciendo lo mismo, y de vez en cuando le tomaba su pene entre mis manos, y le dije que la tenía muy gruesa. La verdad se me antojaba tenerla adentro. Le empecé a pegar mis nalgas en su pene ...
    ... y él me abrazaba. Sin decir más, me puse bastante jabón en el ano y le tomé su pene y lo acerqué a mi ano; me la empujó suavemente, pero yo grité de dolor, le pedí que me la sacara, le dije que no lo aguantaba. La mera verdad, me dolió mucho. Pero seguimos insistiendo; me puse más jabón y de nuevo me la empujó, y poco a poco se fue metiendo. Sentía mucho dolor; así que le pedí que me la sacara y metiera repetidamente. Así fue que pude sentirla toda adentro; me tenía agarrado de la cintura y yo me movía en círculos con el pene adentro. Qué delicia, qué ricura, es algo especial lo que yo estaba sintiendo. En seguida me pide que nos vayamos a la cama; nos secamos rápidamente y nos fuimos a la recámara. Allí me pidió que me acostara boja arriba. Empezó a chupármela, y a besarme todo el cuerpo. Me levantó las piernas y me besó el ano bien lavadito; me metió su lengua. Mmmmm, aquí sí que me excitó más. Sentir su lengua adentro de mi ano es algo muy sabroso; casi me hace venirme. Y así bien excitados ambos, me empezó a follar tan rico que yo solo le decía que me gustaba, que me la metiera hasta dentro. Que a pesar de que me había dolido, ahora me gustaba más y más. Él me besaba, me chupaba mis tetas y me masturbaba. Eran momentos de gran placer para mí. Nunca había sentido algo tan rico y tan sabroso como ese día. Después de un buen rato, se acostó él boca arriba y me pidió que me sentara en su pene ben erecto, baboseante de placer. Antes de subirme, sentí ganas de chupárselo; se lo ...
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