Un adiós y una bienvenida - Relatos Eróticos

Un adiós y una bienvenida

... una piedra y mas gorda que el viejo, cuando se retiró este tomó su sitio el joven que espero paciente su turno, pero estaba mas excitado si cabe, por eso no tuvo tiempo para adecuar su asalto, no tuvo que apuntar demasiado pues entro media tranca en la primera embestida, en la siguiente se dispuso y enterró su mástil casi entero en mi ano que no dejaba de pedir mas, mas, mas y maaaaaaaaaasssssssssssssss.......
Me corría cada cuatro o cinco embestidas, quería sentir mas carne dentro de mí, creí que no me llenaría de gozo, placer.....pero la noche fue larga, larga....calculé mal la porción de pasta con que embadurne mi cuerpo.
El joven al estar tanto tiempo esperando su turno para montarme se corrió rápido, y se bajo de mi con la tranca fofa, creí que ya no habría mas fiesta, que equivocado estaba, ya estaba preparado el viejo con su herramienta dura y pulsante lamiendo mi orto con deleite. Yo agarraba al potro como si me iría a caer, pues me temblaban las piernas, cuando sentí que montaba de nuevo con el rosetón mas grande que antes y la polla dura como el granito, empujo y a la primera entró media tranca, se paro para preparase moviendo sus patas traseras y embistió para enterrar su carne en mi, mientras seguía corriéndome sin poderlo evitar, su tranca me frotaba la próstata que seguía fluyendo líquidos hasta hacer un charquito a mis pies. Esta vez se tomó su tiempo, me folló hasta dejarme extenuado, cuando explotó con un bufido que sentí junto a mi oreja, creí que ...

... me iba a caer.....pero no hubo tiempo pues, tras recuperarse el joven estaba inquieto pero no excitado, lamió los restos de leche que caían por mis muslos mezclados con la pasta que me resbalaba por el sudor hacia el suelo, pero cuando el viejo se apartó de mi grupa yendo al pesebre, el joven se tomó su tiempo para ponerse tras de mí, lamiéndome  la grupa, el culo, los cojones y la cara interior de mis muslos dándome unas latigazos de placer indescriptibles, venteó y se subió a mi grupa y estuvo dando con su trabuco en mis nalgas, en mi raja, por mis muslos y eso me excitaba mas aún, pero en la cuarto empujó dentro de mi ano con precisión, se había contraído algo mi ano, pero se abrió al instante con gran gozo por mi parte, esta vez su rosetón fue mas grande, mas potente y se abrió paso de manera brutal, me subía un escalofrío por las piernas y la columna dorsal hasta la nuca, temblaban mis piernas, no podía mantenerme en pie, me orine, pero no podía dejar de pedir que no me dejase de embestir, estaba en el cielo, sus embates eran brutales, me levantaba las piernas del suelo, pero  no quería que terminase, su tranca entraba mas que la vez anterior y su base era mas gorda produciendo en las terminaciones nerviosas de mi ano unas descargas de placer únicas que se volverían a repetir durante mucho tiempo. Tras una larga follada llena de gratas sensaciones se corrió y se bajo de mi. Había un tremendo charco de leche de burro a mis pies mezclado con mis orines y semen  de mis ...