1. Una propuesta indecorosa a la amiga de mi esposa


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: Sexo en Grupo Hetero Autor: johnsmith2347, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Julián y esta es mi increíble historia. Durante casi un año, Brenda (mi esposa) y yo habíamos estado considerando la posibilidad de hacer un trío para darle un toque a nuestra vida sexual, que ya había caído en la inevitable monotonía. Sin embargo, no nos animábamos. Como que nos daba miedo experimentar o el simple hecho de pedírselo a alguien de confianza nos daba pena. Después de mucho pensarlo, optamos por elegir a una amiga de Brenda, por diferentes razones. Jessica era casi de la misma edad que mi esposa, y se conocían desde hace ya casi 5 años. Cuando Brenda me habló de ella me pareció una opción interesante: era joven, atractiva y tenía un pequeño tatuaje en su tobillo, lo cual podría indicar que le gustaba experimentar cosas. Nos reunimos con ella en una cafetería. Jessi, - comenzó a decir mi esposa - queremos darle un toque a nuestra relación íntima pero no lo hemos hecho porque no hemos encontrado a alguien de confianza, que reúna algunas características. Entonces pensamos en ti. Jessi comenzó a reír, como que comenzó a acalorarse. - Mmm no lo sé amiga, no quisiera arriesgar mi amistad contigo por algo así. Mi esposa y yo bajamos la cabeza como desilusionados. No voy a mentir, la conversación fue un poco incómoda y tensa. Jessi, sencillamente no estaba convencida de vivir algo así con nosotros. Entonces, se me ocurrió algo que lo cambió todo. - ¿Y si estableciéramos algunas reglas o límites? Ambas voltearon a verme con cierto interés. - ¿Cómo qué ...
    ... reglas? - Preguntó mi esposa - No lo sé - dije - Como utilizar condón por ejemplo - Suena bien - Comentó Jessi - A mí me gustaría - replico mi esposa - que no se besaran en la boca Jessi y yo estuvimos de acuerdo, y Jessi añadió - A mí me gustaría una regla en la que no pudiera ver a tu esposo en ningún otro lugar a solas, solo cuando estés tu presente amiga. Y con esas tres reglas fue suficiente para "protegernos" de que surgiera algún tipo de problema de salud o de celos. De pronto todos estábamos contentos, ilusionados. Acordamos una cita con Jessi en nuestra casa el sábado por la noche. Coloque sobre la mesa bebidas, preservativos, lubricantes, en fin, todo lo que podríamos llegar a necesitar. Queríamos que Jessi se sintiera lo más cómoda posible. Mi esposa y yo estábamos nerviosos y ansiosos de que ya llegara. Nunca habíamos hecho algo así, así que nos arreglamos lo mejor que pudimos. Yo como hombre, estaba preocupado de no poder satisfacer a ambas por mucho tiempo. Finalmente el momento llego. Jessi tocó a nuestra puerta. Brenda y yo le abrimos. Jessi llegó con un vestido negro tipo minifalda, medias y tacones negros. Se veía hermosísima. Nos saludó con un beso en la mejilla, visiblemente emocionada. Pasamos a la sala. Le ofrecí algo de tomar. Mientras le servía la bebida mi mano temblaba ligeramente. Me sentía demasiado nervioso. Mi esposa se sentó junto a ella. - ¿Cómo estas Jessi? - le preguntó mi esposa - Muy bien amiga, muy nerviosa, no podía dormir, no dejaba de pensar ...
«1234...»