1. Historia de una hot wife, yolanda (primera parte).


    Fecha: 18/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Autor: capata, Fuente: xHamster

    ... sucedían, la gente entraba y salía a trompicones, no muy educadamente por cierto.Absorta en mi lectura, noté un levísimo roce en la parte trasera de mi muslo izquierdo al que no dí mayor importancia. Instantes después sentí de nuevo, -más descaradamente-, el roce del dorso de una mano sobre la misma pierna. Instintivamente me erguí en señal de alerta, la mano se volvió y su palma, ya sin tapujos, acarició mi muslo de arriba hacia abajo. Quise girarme pero un fuerte brazo me lo impidió.-Tranquila bonita, -me susurró una voz ruda al oído-, no montes un escándalo, no quisiera tener que hacerte daño.Nuevamente, la mano del desconocido se posó en mi muslo izquierdo sobándolo. La agarré tratando de evitar su contacto pero me inmovilizó.-Quieta guapa, -volvió a susurrar-, las mamás jovencitas como tú me dais mucho morbo, provocando con esas mallitas tan ceñidas marcando vuestros encantos, déjate hacer o juro que te arrepentirás.Sentí miedo, su mano apretó mi muslo con fuerza magreándolo .-Déjeme en paz –dije-, soy una mujer casada, llamaré a la policía.-Mamá joven y esposa fiel, -se rió mi acosador-, pórtate bien no quisiera tener que marcar una cara tan bonita.A través del cristal de la ventanilla pude ver que el degenerado era un hombre de unos sesenta años, bajo y calvo, con barriga cervecera, desaliñado, vestido con un viejo chándal. Me entraron ganas de llorar, agarré crispada los bastones de la sillita de bebé, bajé la mirada y observé con toda claridad a través del cristal ...
    ... como la mano de ese depravado sobaba mi muslo. Todavía quedaban bastantes paradas hasta llegar a casa de mi madre.Su mano subió hasta mi cintura, noté dos dedos posándose sobre mi malla justo donde se marcaba mi tanga. Los dedos recorrieron mi cintura siguiendo el elástico de mi prenda más íntima, al llegar al extremo de mi cadera los dedos bajaron por el cachete de mi nalga siguiendo el contorno del hilo dental llegando hasta la parte trasera de mi entrepierna.-Como me excitan los tangas, -dijo irónicamente el degenerado- y estas mallitas tan ceñidas que insinúan tus formas, tu esposo es muy afortunado.El viejo se acercó aún más, sentí el contacto de su verga en la raja de mis nalgas. Estaba muy dura y noté cierta humedad en el pantalón de su chándal. Observé a mi alrededor buscando ayuda con la mirada, la gente estaba absorta en sus quehaceres sin percatarse del abuso.El viejo aprovechando el movimiento del metro se restregaba contra mí, su verga sobaba mis nalgas mientras su mano magreaba mis muslos. Su mano izquierda, -muy sudorosa-, se introdujo por debajo de mi camiseta posándose en mi vientre, intenté sacarme al viejo de encima pero era muy fuerte.-Por favor, se lo suplico, déjeme en paz, le juro que no contare a nadie lo sucedido.-Calla puta, -susurró en mi oído-, no protestes o tendré que castigarte por ir provocando a la gente.La mano subió muy lentamente hasta llegar a mi seno izquierdo, abarcó todo mi seno sobándolo a su antojo. Sus dedos levantaron la copa de mi ...
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