1. En el taller de bicicletas


    Fecha: 18/09/2017, Categorías: Transexuales Autor: ViriTVMx, Fuente: SexoSinTabues

    ... –siii, así viólame, dame así duro- obviamente mi pene no cumple las dimensiones de aquella verga violadora, pero hice mi mejor intento de provocarle dolor y placer al nuevo “travesti”. Me apoye con ambas manos en sus nalgas para así comenzar a metérsela duro, todo lo que podía. Gemíamos ambos, el al sentir mi verga dura entrándole en el ano y yo por estar gozando de follarme a un tío sin pensármelo en un principio al llegar vestido como vil puta al recinto aquel. Los gritos de Gabino aunados a los gritos de Darío junto con nuestros gemidos eran quizá escuchados afuera del taller, pero no nos importaba, gozábamos de aquella follada maravillosa. Aproveche en abrazarme de la cintura del tipo flaco al cual le empecé a jalonear el pito de manera rápida, casi como queriéndosela arrancar. Cada vez se ponía más dura y larga, intensos jadeos salían de su boca al estármelo follando lo más duro posible, de vez en vez me aproveche en darle nalgadas y jalarle los cabellos, tirando su cabeza hacia atrás y luego regresándosela contra la pared, inclusive le daba manotazos a su pene duro. Una vez que había pasado tiempo, pude sentir que el plomero se puso detrás mío, abriéndome las nalgas y ya con su pito bien duro se dispuso a follarme nuevamente mientras yo follaba al “calaca”, en tanto que Gabino se “bajo por los refrescos” en la verga larga de mi víctima. La noción del tiempo había sido extraviada con tanto ...
    ... sexo en esa noche, los cuerpos desnudos de dos hombres, una putita consagrada y una nueva putita naciente estaban perdidos en su lujuria. La sesión tuvo su culminación cuando el plomero se vino fuera derramando su espesa leche en mis nalgas, mientras a jaloneos y chupadas la verga de Darío tuvo su punto de éxtasis en la boca de Gabino, quien se había venido previamente cuando lo follaba el plomero. Yo solo atine a sentarme en el sillón, cansada, desnuda y sudorosa, mi piel blanca brillaba por la luz cálida al interior del taller. El plomero salió del taller para ir a su casa supongo, en tanto Gabino lucia casi dormido tirado en el suelo junto a la puerta y junto a Darío, que aun lucia enrollado mi vestido en su cintura, con una expresión de felicidad y cansancio. Una vez pasaron minutos visualice un pequeño reloj en la pared que informaba que eran casi las 10:30, saque de mi mochila mi ropa de niño y me dispuse a regresar a mi hogar. De pronto Darío el “calaca” se pone de pie y me pide de favor que le obsequie la ropa, a lo cual no me opuse. Su rostro denotaba felicidad pues una nueva niña había surgido. Me desmaquille como pude y sin poder despedirme de los otros dos tipos, salí por la puerta del taller bastante agotada dispuesta a regresar a casa, en donde afortunadamente mis padres no percibieron mi llegada. Me duche y me fui a descansar de semejante noche llena de sexo, lujuria y desenfreno. 
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