1. Los baños de la universidad y su intimidad


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Capítulo 1: Todos conocemos a ese hombre con quien tanto fantaseamos y cuya presencia nos eriza los pezones y hace nuestros penes salivar; lo insólito de este relato es que ese hombre fantástico resultó ser gay. Le conocía de la universidad, de vista, amigo de amigos, pero ese desconocimiento cambió a ser objeto de miradas por los pasillos, a sonrisas ( su sonrisa, penetrante en los huesos y cosquillosa en los testículos) y finalmente a la suerte de coincidir en el baño a solas. Evitaré el momento incomodo en que él y yo no estábamos seguros de buscar objetivos similares, aunque en realidad así fuera. Pasaré directamente al beso que ambos labios llamaban, no era amor, no era erótica: era llamada de sexo animal. La excitación que me produjo provocó que me olvidara de mi propio nombre; solo deseaba sentir su virilidad como tantas veces me había imaginado antes. Y pensándolo bien ¿Por que no iba a ir directo si acabaría pasando? Por eso me lancé: Entramos a un retrete que no parecía demasiado sucio, y casi a la misma velocidad que me agachaba para manejarle, le bajaba los pantalones como si no existieran los botones, pero me detuve mi tiempo a disfrutar de los contenedores de mi futura comida, sus calzoncillos. Quería posponer el momento de descubrir el pastel y disfruté chupando sus partes a través del calzoncillo. No sé qué los mojó más, mi lengua o su liquido preseminal, pero eso hizo a mi polla sentirse como el mástil de un barco pirata. Y ya era el momento, lo descubrí, ...
    ... bajé sus calzoncillos. De ninguna manera la palabra decepción corrió por mi mente, era el ideal de cualquier persona; tan bonito que podría recibir un monumento, tan húmedo como la venus naciendo el mar y tan excitante que, si no fuera por las pajas que me había hecho en casa, me hubiera corrido en mis pantalones. Con lo cual, ¿Qué otra opción tenía aparte de lanzarme a saborearlo con la inocencia y agresividad que cabía en mí?. Llegó un momento que pasé de chuparle la polla a que me follara la boca, me la metía y me la sacaba tan rápido que no me daba tiempo a disfrutarlo, así que retomé el control y esta vez lo hice tan bien, que, seguro me lo agradeció. Sentía como babeaba en mi boca y era genial poder sentirlo a la vez que le chupaba el glande para que me diera más. Entonces, a la vez que poco a poco presionaba mis dedos en su ano y perineo llegó el éxtasis. No me dio tiempo a poder recibirlo en otro lugar que en mi boca, tampoco quería que fuese de otra manera. En ese momento pensé si se la estaría chupando a un actor porno, porque no dejaba de llenarme la boca con su semen a ráfagas, no sabía que en mi boca pudiera entrar tanta polla y tanto semen a la vez. Cuando por fin acabó, yo dubitativo de si tragar o escupir, me pidió que le diera un beso; nunca lo había hecho antes, pero no iba a ser yo quien se dejara intimidar por tal chorrada. Me levanté y mientras nuestras lenguas disfrutaban de un baile que más se parecía a una lucha, fui devolviéndole todo lo que me había ...
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