1. Mama, papi me desvirgó


    Fecha: 07/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tengo 43 años, mi hija para ese entonces tendría unos dieciocho. Era una chica realmente preciosa, alta, delgada, una buena delantera y cara de picaruela. Siempre me había llevado muy bien con ella, había crecido y yo por estar inmerso en mi trabajo, no me habia dado cuenta de cómo se iba convirtiendo en mujer compartíamos todos nuestros secretos, pero hacía ya casi un año que la notaba distinta, se había hecho toda una mujer, y según a mi me parecía, demasiado, vestía siempre muy atrevidamente, y siempre la veía con algún chico, siempre distintos y siempre mayores que ella, evidentemente se lo pasaba en grande, nunca me dijo nada, pero un día le encontré un paquete de condones medio vacío en su bolso, según parecía follaba como una loca, o sea ella ya no era virgen y eso me fastidiaba, como su mama, mi esposa Claudia, no me comunico eso me senti algo abrumado, que mi propia familia no tuviese confianza conmigo y decidi trazarme un plan queria coger a mi hija, pero me detenia a pensar en el incesto y sus consecuencias posteriores, me fue dando morbo y exitacion de solo pensar en coger a mi hija que mi pene se fue ertando solito de los malos pensamiento que me llegaban, tenia como unos dos semanas de no coger a nadie, ni a mi esposa, ya que siempre que la cogia pasaba como lastimada, ya que siempre me decia que era muy grande mi pene y bueno, no era cualquier mujer que lo fuera aguantar toda, ya que mis 26 cm y 7 de grosor, siempre que me exitaba se desarrolba todo y eso ...
    ... que tenía un miembro de más que considerables dimensiones, . Todo empezó un día, estaba yo duchándome, salí de la ducha como siempre, me secaba delante del espejo, desnudo, silbaba una canción distraídamente cuando me percaté que la puerta estaba entreabierta, cuando fue a cerrarla me encontré que mi hija estaba detrás mirándome, al momento me tapé con la toalla y me puse coloradísimo. "Pero ¿qué haces ahí?" - la dije. "No sabía que la tuvieses tan grande" - me dijo ella. Aquello me hizo avergonzarme todavía más, no me acuerdo lo que balbuceé y cerré la puerta deprisa y corriendo, mientras pude oír a mi hija riéndose detrás. Durante un par de días intenté esquivarla, estaba muy avergonzado, pero noté que ella cada vez me mostraba más atenciones, siempre quería hablar conmigo, y bueno, pasaba más tiempo fuera de casa. Una semana después, cuando pensé que todo estaba olvidado, era viernes por la noche, claudia mi esposa estaba con jaqueca o migraña y se habia tomado un calmante, se había ido a dormir, estaba yo en el despacho, terminando un trabajo en el ordenador. Entonces entró ella. Mi hija, Era verano, así que sólo llevaba una camiseta de manga corta que la llegaba a media altura de los muslos, era mía, se la di hacia tiempo, iba descalza y casi no la oí entrar. "¿Qué haces?" me preguntó. Me sorprendió un poco. La miré, estaba increíble, sus muslos resplandecían a la luz artificial, y sus pechos se marcaban en la camiseta, dos pezoncitos en mitad de esas dos montañas. ...
«1234...»