La cala - Relatos Eróticos

La cala

... Antes de sacarla, aproveche para descargar en sus intestinos una gran meada. En ese instante ella empezó a llorar nuevamente, insultándome. Cuando acabé, retiré mi polla de su culo y al cabo de unos segundo de oír ruidos que provenían de la gran cantidad de líquido que revolvía sus entrañas, como si de una lavativa se tratase, contemple un espectáculo extraordinario. Toda la orina depositada en su interior fue expulsada como si fuera una fuente acompañada de grandes pedos, semen y restos de excrementos que se escurrían en el agujero en dirección a su cuerpo. Había sido extraordinario, me limpié la polla con las bragas de su bikini que luego introduje en su ano dejando una parte sobresaliendo, a modo de banderola. Le di las gracias por todo y me marché del lugar, avisando a la Cruz Roja desde una cabina que había una chica en la cala que tenía problemas.