1. La chica del bañador amarillo - 2ª Parte


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    Habían pasado ya unos días desde mi primer encuentro con Sofía, y menudo encuentro por cierto, cuando decidí volver a la piscina. Fue a primeros de septiembre, unos días antes de que la cerraran y con un tiempo algo desagradable. Al entrar descubrí que había muy poca gente, lógico por la época que era, el poco sol que hacía y un vientecillo que hacía presagiar que el agua estuviera algo fría. Unos metros más allá me encontré con Sofía, tumbada en su misma hamaca, solo que esta vez había cambiado su eterno bañador amarillo por uno rojo. Me incliné hacia ella y le di un casto beso en la mejilla. -Hola guapa ¿qué tal estas? Le pregunté. -Muy bien ¿y tú? -Aquí como siempre y contento de volver a verte. No sabía que estarías aquí casi a finales de verano. -Pues sí, aquí estoy. Vendré hasta el último día que abran la piscina. ¿Contento de verme? -Claro que sí. Mi amiguito y yo estamos muy contentos, jejeje. -¡Qué picarón! ¡Oye, eres un descarado! ¡Qué cochino! jejejeje. -Tú has empezado con ese cuerpazo que tienes guapa. -Uhhh, mira quien fue a hablar, tú también estas tremendo. La verdad no estoy mal y con ese bañador azul que llevaba, si hubiese habido más mujeres en la piscina, no me habrían quitado el ojo de encima. Estuvimos un rato hablando y decidimos ir al bar pero al llegar vimos que estaba cerrado. Sofía me dijo: ¡Al agua patos! ¡Tonto el último! Saltó a la piscina por sorpresa y yo tardé un momento en reaccionar y me tiré al agua un segundo después. No la veía en el ...
    ... agua y poco después me di cuenta de que ya estaba en el fondo. Nadaba muy bien. Salimos los dos a la vez y la cogí en mis brazos y nos dimos un morreo tremendo con lengua. Oímos una voz detrás de nosotros. ¡Eh, que hay tortolitos! Era el socorrista. Vaya, parece que no había nadie más por allí y tenía que venir a molestarnos. Nos reímos cómplices y decidimos salir del agua. Nos secamos los dos uno a otro y nos tumbamos en la hamaca. Charlamos de cosas triviales durante un buen rato. Teníamos buena conexión porque nos reíamos de nuestras tonterías y así estuvimos durante casi una hora. Quedaba todavía un rato para que cerraran la piscina y Sofía me miro con sus ojazos marrón claro. Sus intenciones quedaban bien claras. -Vamos a intentar algo arriesgado hoy. Me gusta el riesgo. Me dijo. ¿Has traído condones? -Claro, un paquete entero. -Vamos a los vestuarios. -¿A los vestuarios? Pero ¿y si nos pillan? -Ahí está el morbo de la cuestión. Me encanta hacerlo sabiendo que pueden pillarnos. -Estás loca, pero me encanta. -Anda vamos, te voy a sacar toda la leche que llevas dentro. Ufff, ver esa cara de morbosa que puso me volvió loco. Cogí rápidamente la cajita de condones extrafinos que llevaba y la seguí. Entramos en la zona de vestuarios y Sofía dudó si entrar en el de hombres o el de mujeres. -Vamos, por aquí. Agarró mi brazo y yo me deje arrastrar. Habíamos entrado en el vestuario de hombres y nos dirigimos a uno de los retretes cerrados. Me sentó en la taza y empezó a besarme como ...
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