1. Un cuento de navidad


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ambos pechos levantándolos y me dijiste que ambos me querían... los soltaste suavemente y volviste sobre mis piernas, tomaste el borde de mi slip y lo tiraste liberando todo el largo de mi pene y lo fuiste tirando hasta que cayeron a mis pies, de donde los quite para más seguridad, entonces tu mano tomó su presa y apoyada tu cabeza de lado sobre mi pierna, te diste a la tarea de provocarme placeres, con tu mano aferraste mi sexo por su contorno y comenzaste a deslizarlo entre tus dedos, simulando una penetración, el gusto que me causabas hizo que mi pene se mojara en su líquido seminal lubricándolo, cuando veías como me mojaba te acercaste más y abriendo tu boca tu lengua asomo lamiendo mi tronco hasta llegar sobre la punta de mi glande, de donde fuiste lentamente tomando cada gota del semen que asomaba hasta acomodarte de tal forma que tu cabeza entera quedo sobre mis piernas y mi pene se deslizó dentro del fuego de tu boca donde comenzó a ser comido y lamido, para cuidar la fuerte excitación me chupabas luego me liberabas unos segundos y luego volvías a comerme... deliciosamente, durante más de media hora viajamos así. Tú muy excitada no parabas de devorar mi sexo y yo, aún más, ya casi no podía contener las ganas de acabar. Te dije entonces que ya no me sentía capaz de resistir más el placer y tu dándome un respiro me dijiste - amor, no se resista más entonces, acabe en mí - y volviste a meterme en tu deliciosa boca y comenzaste a chuparme con la clara intención de agotar ...
    ... toda mi resistencia... yo entonces abandoné mi control y te dije que me iba ya... mmmmmm, fue toda tu respuesta y sentí como apoyaste toda tu lengua sobre mi glande y de inmediato mi pene comenzó a convulsionar y eyacular una primera descarga de semen que retuviste con tu lengua, luego una segunda emisión que también retuviste en tu lengua y finalmente una tercera que dejaste que saliera libre sin la presión de tu lengua, así reiniciaste una mamada mojando todo mi tronco con el semen que habías retenido y que luego te diste a la tarea de ir lamiendo, en tanto mi pene sufría de un permanente temblor de placer que tu lengua prolongaba deliciosamente... así lamiste todo mi tronco y dejaste limpio mi sexo de su explosión de placer... entonces tomaste mi pene por la base y lo presionaste fuerte logrando así que un poco más de semen asomará por la punta mi glande, con la punta de tu lengua lo tomaste y te levantaste entonces de tu posición, volviendo a tu asiento, y mirándome asomaste tu lengua con sus gotitas de leche y cerrando tus ojos apoyaste la cabeza en el asiento y lo saboreaste como si fuera miel... esta visión causo un estremecimiento en mi sexo manteniéndolo duro... sin abrir tus ojos me dijiste... -necesito que me penetres ahora- viendo tu urgencia me detuve a un lado del camino, y sin demorar me cambié a tu asiento, levantándote de tal modo que quedaste sentada sobre mi, rápidamente levanté tu falda y baje el calzón, al sentirte expuesta bajaste tu mano por entre tus ...