1. Entre-acto. ¿En la casilla de su recreación?


    Fecha: 12/03/2018, Categorías: Dominación Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... infernales”, me despierto muy alterado pero no como cuando era pequeño. Inés es algo mayor que yo, peluquera, esas mujeres me atraen, no sé si es por ella, me producía un impulso irrefrenable que muchas conseguía sujetar, no supe que eso que desprendía, como un potente imán, y he tenido sexo con peluqueras a lo largo de mi vida, y tengo la seguridad de que disponen de algo que despierta mi deseo hacia ellas. Inés sigue siendo un misterio, nunca más la vi, y ella puede tener esas respuestas que yo busco en mi memoria. Sigo en contacto con mi amigo y nunca le pregunto por su hermana, aunque debe verlo o detectarlo, hay veces que me aisló del entorno, estoy absorto mirando las musarañas, el piensa que les he abandonado y me alejo volando con mi mente. Volví a la realidad actual. No podía pedirle que pusiera su capital en manos de esta tía desequilibrada, era una putada y tampoco aprovecharme de su ceguera, de la deuda de sangre como él dice. Todo se juntaba por mi mala cabeza, la ex monja y la gorda, dos problemas complicados, la vecina no lo es, si sé que es un puerto seguro, pero ella tiene sus amigos, sin haberlo hablado nunca, pero tenemos ese lugar, esa tierra de nadie, donde nunca la cruzamos, follamos cuando nos interesa y nada más, sin ataduras ni falsos celos ni nada, todo fríamente y sin motivos personales. Llegué al barrio de la gorda, me maldije, supe que no tenía escape, tenía que resolver estos dos conflictos, perder de vista a la gorda y aclarar el misterio del ...
    ... molino, aunque me daba mucho miedo enfrentarme a ese clan. Decidí pedir una tregua, verla a ella sola, y no en el molino, debajo del puente, hay un camino de tierra que va hacia el molino, desciende bruscamente y se puede ver desde ese punto. Está aislado en el cauce casi seco del arroyo. mi miedo crecía por momentos y la gorda era un peso adicional, valga esa frase con mala leche y sorpresa, estaba en su portal, se había puesto un poncho por encima, pude ver las medias de red de color rojo, las botas y su cabeza cubierta por una capucha de caperucita negra, me vio y anduvo deprisa, entró en el coche, me miró de lado con ira y levantó su codo izquierdo, estrellándole en mi boca, vi las estrellas y como consecuencia sangre en mi boca, me había roto el labio inferior, me dieron ganas de coger su cabeza y romper el cristal de su ventanilla, pero no lo hice, me limpié la sangre con los dedos y. Si vuelves a tocarme, aunque sea con un dedo, o con la manga… Mi tono debió de sorprenderla y asustarla, ya que me cortó. Habló con la cabeza inclinada hacia adelante, como si mirara sus botas. ¡Lo siento!, no sé qué me ha pasado, no, no volverá a repetirse, he bebido un poco. Su tono era casi inaudible, pero en el fondo de mi mente, me hizo sonreír, y me dijo “Tienes el mejor argumento para darla puerta, no lo desaproveches” y me obedecí. Te van a presentar a Lord, no pidas todo, se inteligente y le pides una prueba de confianza, y no la cagues, todo está en tus manos, tampoco olvides que ...
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