1. Niki, la chica de la lencería


    Fecha: 19/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Grandes Relatos, Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... otras veces succionando su clítoris o los labios de su conchita. Niki y yo vivimos lo que ya imaginariamente hemos vivido en aquellas llamadas por teléfono, pero la emoción de la realidad, supera la fantasía. Es ella la que interrumpe a pesar que yo sentía que ya se venía, y me corresponde con un lento y delicado oral, que tomó más ímpetu a media de los minutos. Alabó el tamaño de mi verga y al igual que yo me di gusto chupando su conchita, ella hizo lo suyo con mi pene del cual solo lograba meterse quizá la mitad. Mientras me pajeaba con sus dos manos la verga, recuerdo ese bonito cumplido que es inspiración pura para el ego de un hombre: - Me gusta tu verga Tony, la verdad no imaginé su tamaño y su grosor, pero he quedado admirada de lo bello de cómo luce. Quiero sentir cada pulgada adentro de mí. Y de esta manera yo me quedé sobre mis espaldas y Niki pasó a montarme y tomándome mi erecto pene, lo apuntó a su rica conchita y se ha metido como en cámara lenta, cada pulgada de mi verga en su rica y estrecha conchita. Comienza con un movimiento lento, se toma sus dos bonitos pechos que se sacuden cuando aumenta el ritmo, mientras yo solo le acaricio sus redondos glúteos con mis dos manos. Cinco minutos después, cierra los ojos, abre la boca y jadea y gime diciéndome con sus palabras cortadas: ¡Tony, me voy a correr! Con su movimiento frenético de sus caderas, yo acelero el ritmo también y le golpeteo con más ímpetu su rica y mojada conchita, lo cual hace un ruido erótico y ...
    ... Niki explota con un orgasmo y se echa sobre de mí y busca mi boca con la suya, y sin detenerse con su ritmo, siento como me manda esa vibración exquisita de su vagina y sin parar de pompearla, segundos después me vengo yo adentro de esa conchita y ella goza con verme gozar a mí, al igual que yo gozo al verla gozar a ella. La excitación fue tan grande, pues todas esas llamadas telefónicas con su contenido erótico, llevaron a que dicha ebullición fuese descomunal. Su pubis y el mío estaban llenos de nuestras secreciones sexuales. Niki me limpió el pene con una de las toallas y yo hice lo mismo con ella con la otra. Nos seguimos besando apasionadamente hasta que poco a poco recuperamos algo la compostura de tal faena. Me parecía un sueño, realmente no me lo podía creer, aquella visita de Niki fue una enorme sorpresa. No sabía con qué tiempo disponía, pero Niki me transmitía ese sentimiento, que aquel día nos íbamos a explorar el uno al otra, hasta saciar todas esas fantasías que habíamos ya vivido por teléfono. Todo lo tomamos con un tiempo, que nos dimos el tiempo de ir a almorzar y luego salimos a cenar como cultivando esa pasión para un maratón sexual que se extendería por toda la noche y hasta el siguiente día domingo. Yo le propuse que se quedara conmigo aquel día y Niki iba preparada para tal oferta, pues llevaba una pequeña maleta donde cavia otro pantalón con camisa y una variedad de lencería que me mostró en un desfile único, exclusivo, especialmente para mí. Me modeló los ...
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