1. Para que tengas un buen motivo para odiarme


    Fecha: 26/12/2023, Categorías: Lesbianas Tus Relatos Autor: Ántrax, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... dar un verdadero motivo para que me odies" al decir esto me incliné sin dejar de ver sus sorprendidos ojos, con mi lengua comencé jugando con mi lengua en su pezón derecho y con mi mano tome su pecho izquierdo para masajearlo muy suave y lento ella asustada me pedía "No Alex, no hagas eso, nos va castigar, Dios" perversamente me reí y chupeteando sus senos uno a uno sólo me detenía para decirle "No, preciosa, yo te voy a castigar a ti, por como me has tratado estos años" ahora sí me propuse en serio a chupar y saborear las deliciosas tetas frente a mí, las acariciaba, besaba y no dejaba esos pezones rosados, deliciosos que estaban endurecidos en mi boca, Fer se agitaba, intentando liberarse sin éxito, no dejaba de repetir "Basta, basta, ya detente, no quiero, no quiero" pero su piel se erizaba y se ponía más caliente, su hermosa piel blanca y su rostro comenzaban a enrojecer, su voz cambiaba, ya no parecía asustada, más bien excitada sin dejar de ver esos lindos ojos color miel, dirigí mis dedos hacia los dulces labios de su vagina, suavemente acariciando y explorando delicadamente ese rico coño, acercandome hasta tener mi boca en su oído le susurré "¿Sientes esto, Fer? Toda está rica humedad quiere decir que lo que te hago te está gustando y que quieres más" ella negaba con la cabeza, con suaves besos pasé por su mejilla, cuello, senos, estómago, obligo, vientre, para verla mientras pasaba mi nariz para deleitarme con su olor, eso me ensendio tanto que quise devorarla en ...
    ... ese momento. Saqué lo más posible mi lengua y desde sus nalgas hasta el pubis recorrí lentamente, mientras ella se agitaba y me pedía que me detuviera, pero yo continúe haciendo eso unos segundos, despues mi lengua bailaba en la entrada de su coño, luego brincaba para atacar su clítoris que ya sentía hinchado y muy caliente, ya no me pedía ni decía nada, sólo trataba de ocultar sus gemidos, continúe a lo mío disfrutando este rico sabor. Después de unos minutos los gritos de Fer incrementaban, ya no tenía cuidado de disimular, gemía y gritaba descaradamente, de pronto comenzó a mover sus caderas cerca de mi lengua como para invitarme más, sabía que estaba cerca su orgasmo, la acerqué lo más pude y me quite, detuve todo por comoleto y la observé fijamente, ella confundida y muy agotada preguntó “¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?" No le contesté sólo la contemplaba, de todo a todo, viendo cada detalle de su dulce cuerpo y ella insistía "¿Por qué paraste? ¿Qué pasa?" Me chupé dos dedos audiblemente y con ellos frotaba suavemente la entrada de su coño y su clítoris, ella se mordía los labios y me veía fijamente, le pregunté "¿Quieres que continue? Pensé que no te gustaba..." Ella me vió furiosa pero no contestaba, su respiración sonaba más agita, sus caderas se movían buscando mis dedos, metí poco un dedo y ella quería más se movia inconteniblemente buscando más, quité mis dedos y de nuevo la escuché frustrada "¿Qué haces Alex, qué te pasa?“ yo le pregunté "¿Quieres que continúe?“ ...