1. Busco amante para mi mujer


    Fecha: 17/03/2018, Categorías: Intercambios Infidelidad Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos

    ... capacidad de seducción cuando me dijo que era realmente bueno ligando con las tías aunque fuesen casadas. Cuando terminamos la ruta y fuimos a coger los coches de vuelta Pedro le dijo a mi esposa que ocupase ella el asiento delantero, pero ella le respondió, “es igual, ve tu delante, que eres más alto que yo y atrás irás algo incómodo”. Entonces estuve seguro, habían congeniado muy bien. Al día siguiente me llamó Ernesto y me contó que Amanda era un encanto, que había conseguido que le diera su teléfono con la escusa de quedar en el gimnasio el día que él fuese de prueba, me contó que sacó la conversación del gimnasio al final de la ruta, que tras decirle mi esposa la zona por donde nosotros vivíamos él le contó que tenía una invitación de prueba de un gimnasio de la zona, me dijo Ernesto que Amanda se sorprendió alegremente, y le contó que era justo el gimnasio donde ella iba todas las mañanas, entonces, le preguntó si le importaba que fuese una mañana en la que fuese ella y mi esposa le dijo que estaría encantada de enseñárselo, que así aprovecharía para que él le diese algunos consejos. Mi esposa solía contarme muchas cosas de las que hablaba con el resto de gente durante las rutas de senderismo, pero no me contó nada sobre que le hubiese dado su teléfono a Ernesto para que quedase con ella una mañana en el gimnasio, era evidente que el ocultarme eso era porque deseaba quedar con él pero temía que a mí no me gustase, además, ¿si sólo pensase quedar para lo del gimnasio, ...
    ... para que ocultármelo?, al fin y al cabo, ella sabía que yo no era un tipo celoso de los que no quieren que su mujer se relacione amistosamente con otros hombres. El miércoles de esa semana Ernesto me llamó y me dijo que al día siguiente había quedado con Amanda en el gimnasio, que intentaría después llevársela a la cama, me preguntó, que si a mí me importaba, si llegado el caso de que ella accediese a llevarle a nuestra casa, que se la follase en nuestra cama; yo le respondí que no me importaba. Le hice una petición: si conseguía llevársela a la cama, que intentase poner el grabador de sonido del móvil mientras se lo hacía, me encantaría oír gemir y gritar a mi esposa mientras él se la follaba, me aseguró que si podía lo haría encantado, que le excitaba mucho la idea. Al día siguiente por la mañana mi esposa se levantó antes de lo habitual para lavarse el pelo, cosa que no hacía normalmente antes de ir al gimnasio, aunque ella siempre ha llevado los labios pintados, ese día se puso un color rojo muy intenso que sólo se ponía cuando íbamos a salir alguna tarde de copas, yo siempre le decía que ese color me encantaba, que le hacían unos labios muy sensuales. Se lo tuve que decir: “qué guapa vas hoy, si no fuese porque llevas las mallas y los botines nadie imaginaría que vas a un gimnasio”, ella me respondió que sólo se había puesto el color del pintalabios que a mí me gustaba, y que a lo mejor por eso yo le miraba con muy buenos ojos. Lo tuve claro, mi esposa se había arreglado ...
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