1. Compartiendo cama con...


    Fecha: 18/03/2018, Categorías: Gays Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... tela y sus dedos exploraron mi ano virgen.Casi no tenia pelo y era mucho más delgado que el suyo pero le pareció gustar lo que tocaba y antes de que nos asaltara alguna duda al respecto, sentí algo suave y esponjoso entre mis glúteos. Después fue subiendo, casi rompiéndome en dos como si fuera un tren eterno que seguía por mi recto. Cerré los ojos y boca con fuerza y no pude evitar que naciera en mí un quejido ahogado.-¡Sssiii! ¡Ay que rico…ay que ricoooo!!! – señalaba mi tío a viva voz, como un poseído. Se despojó de su camisa y siguió su viaje en mis entrañas. Parecía que no terminaba, hasta que sentí su cadera pegada a mis glúteos, sus huevos pegados a los míos y su punta muy, muy dentro de mi ser. Inclinó su cuerpo y empezó el mete y saca. El largo miembro salía casi todo de mí y me jalaba con él para luego reiniciar su dolorosa travesía dentro. Con cada embestida, algo ocurría dentro de mí, algo nacía en mi cadera que me dejaba aturdido y casi apagaba por completo mis gritos.La cama empezó a crujir, no sé cómo no nos escucho nadie (aunque el cuarto de mis tías estaba en otro piso) y quede inmovilizado bajo su peso. Sus manos recorrían mi espalda y pasaban a mi abdomen, recorrían mi entrepierna y jalaban mi miembro. Esas enormes manos con el anillo de compromiso me dominaban como un juguete y supe que debía olvidarme del dolor. Este cedió poco a poco y el orgasmo ...
    ... permaneció cada vez más fuerte en mi sexo. Enrique profería fuertes gemidos guturales, como su fuese un toro, perdido en las entrañas de su sobrino hasta que por fin se corrió.Al sentir pegajoso en mi interior, mi cuerpo reacciono y mi propio orgasmo llego sin aviso alguno. Por tercera vez seguida pero sin mucha leche esta vez.Enrique se dejó caer en la cama, jadeante y sudado y se cubrió la cara con las manos– ¡Perdón… Jorge, perdóname! No le digas nada de esto a nadie por favor. Tu tía y yo tenemos broncas y no sé cómo llegue a esto. Al verte como me mirabas con antojo…--Está bien Enrique – le dije acercándome y abrazándole – ¡Me encantó!-No podemos volver a hacer esto… Está mal, ¿me escuchas? ¡¡¡Muy mal!!Yo lo sabía. Me había fascinado, pero sabía que estaba mal. No podía contradecirlo en lo absoluto y no se me ocurrió qué decir. Lo abracé más fuerte y me acerqué a darle un beso. Sus labios se abrieron junto con los míos y se acoplaron, nuestras leguas se rozaron como llamas y sentí el calor encenderse de nuevo en mi entre pierna pero estaba rendido. Tras ese beso me quede dormido abrazándolo.A la mañana siguiente me despertó y me hizo tomar un baño y empacar. Ni dentro ni fuera del cuarto mencionamos lo que había ocurrido y la vida siguió su curso normal llegando a la ciudad. Por supuesto, ninguno de los dos olvidó aquello pero no lo retomaríamos hasta varios años después...... 
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