1. LUCÍA SE EXPLORA MIENTRAS ME SATISFACE


    Fecha: 26/03/2024, Categorías: Anal Autor: azulazulazul18, Fuente: RelatosEróticos

    ... desobediencia a lamer, chupar, succionar su vagina. Quería empaparme de sus flujos antes de empezar con mi cometido. Mi legua empezó a competir con los dedos de Lucía, que hábilmente introducía en su vagina. Su mano se desplazaba rápidamente entre su clítoris y vagina. Masajeando, excitando sus puntos más secretos. Esa era ‘su zona’, así que tras mi pequeño escarceo de pupilo rebelde me centré en mi cumplir con mi desempeño.
    
    Empecé lamiendo su ano y todo su perímetro. La saliva brotaba de mi boca salvajemente. Pronto la gravedad hizo que como una lenta cascada inundara el perineo de Lucía y acabara conjugándose con el flujo de su vagina. Introducía poco a poco mi lengua dentro de su ano, cada vez con mayor frenesí, centrando todos mis esfuerzos en llenarlo con los fluidos de mi boca. Gemidos entrecortados y un movimiento cada vez más pronunciado de su pelvis me confirmaban que iba por el buen camino. Progresa adecuadamente.
    
    Levantaba la cabeza para deleitarme viendo brotar la saliva del ano de Lucía mientras introducía mi dedo índice. Primero apenas uno o dos centímetros, conforme la relajación y dilatación acrecían profundizaba un poco más. Era increíble ver como ese pequeño orificio se iba dilatando sin apenas resistencia, y sobre todo la forma en que Lucía estaba disfrutando de ese momento. Sus movimientos cada vez más frenéticos, sus jadeos cada vez más vivos, su masturbación cada vez más acelerada, más profunda e intensa.
    
    Intensifiqué el ritmo y profundidad de ...
    ... mi penetración. Lucía levantó la cabeza y en un escorzo miró mis ojos. Su cara irradiaba un carnaval de placer. Con cada percusión de mi mano un gemido cada vez más audible salía de su boca. Entre jadeo y jadeo se mordía sus labios. Gotas de sudor empezaban a acumularse sobre su espalda y frente. La parte baja de su melena empezaba a humedecerse con el sudor de su cuello. La lascivia me invadía. Empecé a masturbarme.
    
    ­–Ya estoy donde quería. Penétrame. ­–Lucía había andado el camino suficiente para colocarse a mi lado. Dos meses de sequía traerían rápidas precipitaciones.
    
    Pensar en una sesión de sexo anal me parecía de otro mundo. Era novicio en esos menesteres y siempre he fantaseado hasta el infinito con esta práctica. Acerqué mi pene a su pequeño orificio y apreté ligeramente.
    
    –No cariño, hoy no me he preparado para esto. Diviértete un poco más abajo. –Dijo Lucía. No sabía qué significaban en su totalidad esas palabras, pero mi mente rápidamente proceso dos mensajes. Luz roja. Dirección prohibida. Te has venido demasiado arriba chaval. Hoy no. Joder, si hay hoy existe el mañana. Pensar que podría sumergirme con Lucía en una sesión de sexo anal elevó la lubricidad del momento a cotas impensables.
    
    Sin dudarlo introduje mi pene en su sexo. Su vagina estaba relajada, perfectamente lubricada después de toda la sesión de masturbación a la que Lucía la había sometido. Bastaron apenas dos o tres percusiones para que la base de mi pene chocara con sus glúteos. A partir ...