1. Decías no pero, empujando, hacías que fuera sí


    Fecha: 27/03/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    Mi padre fue electricista y desde la adolescencia ejerció ese oficio, primero como aprendiz y luego como independiente. Yo hice lo mismo a su lado hasta que comprobé la necesidad de una base teórica donde asentar la valiosa experiencia que él me transmitía, pero insuficiente para proyectar debidamente una instalación.
    
    Y para ello aproveché la oportunidad, que mi progenitor no había tenido, e ingresé a la universidad. Obtenido un título intermedio, la tecnicatura, volví plenamente al trabajo. Poco tiempo después papá, ya cansado, me dejó totalmente a cargo del taller, pues con la jubilación suya y la de mamá, solventaban bien sus necesidades. Así fue que con veinticuatro años estaba en buena posición, tenía título, experiencia, taller instalado y cartera de clientes.
    
    Con esa preparación me animé a enfrentar trabajos de cierta envergadura y uno de ellos fue en la casa de un ingeniero; la había adquirido poco antes y como parte de la remodelación deseaba una instalación eléctrica nueva y apta para un consumo que triplicaba el anterior. Cuando le presenté el presupuesto me objetó la estimación de costo de los materiales, diciendo que ahí yo también ganaba pues los comercios hacen descuentos a los profesionales. Ante esa duda sobre sobre la honestidad de mi proceder le contesté que no le convenía contratarme y, tomando la carpeta que le había preparado, lo saludé y me fui. Prefería perder el día empleado en confeccionar el escrito antes que aceptar su desconfianza.
    
    A los ...
    ... quince días me llamó.
    
    - “Hola ingeniero”.
    
    - “Hola Jerjes, podrás venir a casa?"
    
    - “Seguro que no, ingeniero, con usted perdí dos días de trabajo y no quisiera repetir la experiencia”.
    
    - “Es que quiero encargarte la tarea”.
    
    - “Perfecto, con un mensajero le mando la carpeta que había preparado; dos modificaciones hay, va la lista de los materiales pero la compra no corre a mi cuenta y la mano de obra tiene un incremento del diez por ciento. Si le parece bien me avisa cuándo estima tener los materiales y acordamos el momento de comenzar”.
    
    - “Bien, miro tus papeles y te llamo”.
    
    Lo hizo al día siguiente, acordamos la fecha de comienzo y el modo de pago, que sería en tres partes, la última al término del trabajo. Comenzada la actividad las dos primeras entregas de dinero fueron hechas por su hija, una joven cercana a los veinte muy linda; con ella tuve solo el trato de recibir la plata y dar la factura correspondiente. Terminada la instalación fui a su casa a finalizar el trámite y cobrar lo restante; lamentablemente sucedió lo que temía, me dijo que en ese momento no tenía dinero.
    
    - “No hay problema ingeniero, cuando pueda pagar me avisa, instalo el disyuntor y le entrego el plano junto a la factura”.
    
    Al pasar dos meses sin recibir su llamada di por perdido ese dinero.
    
    Un sábado más tarde, para cambiar la rutina, fui con dos amigos a una discoteca, y gran sorpresa fue encontrarme a la entrada con la hija del deudor, ambos nos reconocimos y saludamos ...
«1234...14»