1. Cómo le quité la virginidad a la prima de 7 años (parte 3)


    Fecha: 17/04/2024, Categorías: Fetichismo Autor: Jim St, Fuente: SexoSinTabues30

    ... hondo.
    
    —Au —se quejó al principio por la brusquedad que hice. Pero no hizo ademán ni gesto para que lo quitase.
    
    —Lo siento —me disculpé por hacerle daño, pero poco después empecé a quitar el dedo casi entero para luego volver a meterlo entero. Empecé poco a poco pero luego fui subiendo la velocidad de mi dedo. Hasta el punto de sacárselo por completo y poco después metérselo de una.
    
    Durante ese trayecto Laia me estaba gimiendo a su manera, no era el típico gemido del porno o sexo, más bien era el ruido de gemido que se hace con la.bics cerrada, un sonido de que le gustaba aquello.
    
    Esos ruidos me volvieron más excitado y con eso le daba con más fuerza, lo que a ella le gustaba más. Nos estábamos retro alimentando. Me detuve al cabo de 15 minutos aproximadamente, Laia ya había perdido la postura de estar a 4 patas, el móvil no lo miraba si quiera y si cara estaba apoyada en el suelo del sofá, lo único que seguía erguido era su pompis para dar paso a mi dedo, el resto del cuerpo se había rendido al placer absoluto.
    
    —¿Cómo estás? —le pregunté acercándome a su cara.
    
    —Bien —dijo con la voz débil de agotamiento.
    
    —¿Te ha gustado? —Afirmó con la cabeza, ahí aproveché que cómo estaba tan cansada y desprotegida me acerqué a su rostro y le besé la boca de forma muy leve y rápida. Ella no se apartó por el cansancio, pero si se limpió la boca después de que me apartase. Le pregunté si le había gustado y me dijo que sí con la cabeza pero me dijo que le parecía ...
    ... asqueroso.
    
    Curioso que le pareciera asqueroso un beso y no meter un dedo por su culo, pero no sería yo quien lo juzgase.
    
    —¿Me das un masaje? —me pidió por estar tan cansada, como dije anteriormente era la condena de la familia.
    
    —¿Dónde lo quieres?
    
    —En la espalda.
    
    —¿Lo quieres en la espalda? —dije poniéndole la palma de la mano en la zona en concreto—. ¿O aquí? —y le manoseé una nalga.
    
    Ella me miró riéndose de nerviosismo y me dijo que en la espalda mejor. Así que le hice caso y le empecé a dar un masaje por la espalda.
    
    Lo que yo no sabía era que Laia en ese momento se volvió una pervertida deseando el placer y sería ella quien me guiaría a mí por lo que quedaba de tiempo.
    
    —¿Puedes hacerlo ahora delante? —se refería a que dejase de darle masaje por la espalda y lo hiciera por el vientre. Le di media vuelta, y entonces me se ocurrió una gran idea.
    
    —Debo de quitarte la camiseta, si no no sé dónde estoy dando el masaje.
    
    Ella se lo quitó directamente, y me dejó ver sus pezones sin senos aún, eran rosaditos y muy lindos y pequeños, se tumbó boca arriba en el sofá y mis manos le dieron masaje por la panza. Luego toqué con mis dedos sus pezones y de nuevo oí esos gemidos leves de Laia.
    
    —¿Jugamos a mamá y bebés? —le pregunto de repente. Ella no sabe a lo que quiero llegar, pero antes de que me responda me acerco a ella y meto uno de sus pezones en mi boca, encerrándolo y pasándole la lengua por toda la zona.
    
    Las risas de Laia fueron constantes, le daba ...