1. Silvia ya no es una niña (I)


    Fecha: 19/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Esa mañana Adriana se levantó temprano. A eso de las 7. Adriana era una mujer de 35 años, con un cuerpo que muchos considerarían perfecto. Sus ojos eran como su larga melena, más oscuros que el carbón. Aunque según decía su marido, lo mejor de Adriana eran sus pechos, firmes y de tamaño mediano; su culo, redondo y muy duro; y, sobre todo, su forma de hacer el amor; lasciva, insaciable y voraz. Adriana bajó a la cocina para preparar el desayuno de Silvia, la única hija que tuvo con Nestor, su marido. Eso fue hace ya 17 años, cuando aún eran adolescentes; fue un penalti en toda regla y desde entonces Adriana, Nestor y Silvia comenzaron su nueva vida en familia. Silvia destacaba por dos cosas: por un lado era una estudiante modélica del último curso del Instituto Bedfords. Por otro lado, aún siendo ya toda una mujer, conservaba muchos rasgos de cierta inocencia infantil. Su tez blanca y repleta de pequeñas pecas, el parecido con la belleza escultural de su madre, sus pechos firmes y pequeños, y su poca experiencia en cuestiones de sexo la convertían en el objetivo de muchos de los chicos del instituto. Aún con el sueño reflejado en su rostro, Adriana entró en la cocina descubriendo sorprendida que Silvia ya estaba levantada. Llevaba puesto un camisón de ositos muy corto que sus padres le regalaron las últimas navidades. Un camisón de dejaba entrever sus pequeños pezones y parte de una de sus braguitas blancas de algodón que siempre se ponía para dormir. Silvia aún medio dormida ...
    ... le daba los primeros sorbos a un gran tazón de leche. Adriana: ¡Vaya! ¿ya te has levantado? Silvia: Sí, es que no podía dormir. Adriana se sentó junto a su hija y le dio un cálido beso en la mejilla. Adriana: Venga, cuéntame qué te pasa. Silvia dudó por unos instantes, como intentando decidir en sólo un par de segundos si contarle a su madre lo que le pasaba o, por el contrario, callarse y no decir nada. Silvia: Bueno…nada especial, simplemente que me he desvelado. Adriana: Pero…cariño…¿tienes algún problema en el instituto? Silvia: No exactamente. Es algo de… Adriana: De chicos. Silvia sonrió ligeramente y comenzó a ponerse un poquito sonrojada. Adriana: Parece que lo he adivinado. Así que hay algún chico. Silvia: Bueno, digamos que…sí… Adriana: Vamos, cariño, a mí puedes contármelo. ¿Tiene que ver con el sexo? Silvia, sonriente y algo resignada se incorporó sobre la mesa para comenzar a relatar su pequeña historia. Adriana le prestaba atención. Silvia: Vale. Tú ganas. En realidad no ha sido sexo físico. Creo que más bien, Ha sido algo virtual. He tenido…ejem…- Silvia se puso aún más colorada y comenzó a reflejar cierto nerviosismo - …he tenido un sueño erótico bastante real. Adriana sonrío sorprendida. Su hija, que aún a sus 17 años todavía conservaba esa atractiva inocencia infantil, estaba a punto de contarle a su madre un sueño erótico. Y aún le sorprendía más sabiendo que Silvia aún era virgen y que sus relaciones con chicos, debido a su gran timidez, habían sido nulas. ...
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