1. Confesión de un infiel (2)


    Fecha: 20/03/2018, Categorías: Infidelidad Hetero Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... tranquilidad, y ella misma me propuso, que si salía bien, se casaría con él, pero limitaría al mínimo el uso del matrimonio, para seguir con lo nuestro. Resultó que el muchacho, de nombre Jorge, se enamoró perdidamente de ella y le pidió matrimonio. Yo la apoyé en todo. A Susana le di y puse a su nombre el ático de encima de nuestro piso para que iniciasen su vida, junto a una importante cantidad de dinero como dote. Al novio y futuro marido, le pareció extraño que un vecino de la casa fuese tan generoso con ellos. -¿Qué tiene que ver ese hombre contigo? –Le preguntó. -Nada. Es un vecino muy amigo de la familia. Mi madre lleva muchos años haciendo la limpieza y atendiéndolos a él, su mujer y su hija. -¿Y no habrá tenido algún asunto con tu madre? -¡Cómo puedes pensar eso de mi madre o de él! Ahí quedó la cosa, pero por lo que pude observar posteriormente, y que yo intenté mantener sin decir nada, cada vez debió tener mayor certeza sobre ello. Por supuesto que mi esposa, hija y yo, fuimos invitados a la boda dada la relación que nos unía al seguir la portera atendiendo a la limpieza de nuestra casa. Para mi mujer, fue una obligación. La boda no tenía el glamour de la gente de su clase, pero la insistencia de la madre y mi apoyo indirecto, hicieron que me obligase a ir a mí. Cada vez me dejaba acercarme menos a ambas y consiguió inculcar en mi hija un miedo exagerado hacia mí. Poniéndome de pederasta, sátiro e indecente a todas horas, delante de ella. No sé el porqué de tanto ...
    ... odio. Si era porque conocía lo mío con Susana o fue algo que se fraguó a lo largo de los años con mis constantes ataques a sus creencias religiosas en materia de sexo. Horas antes de la boda, Susana me envió un mensaje para que pasase rápidamente por casa de sus padres y que entrase, que la puerta estaba abierta. Cuando llegué sus padres me hicieron entrar en la habitación de ella, indicando solamente que había pedido que nos dejasen solos. Cuando entré, me esperaba con el vestido de novia puesto. Estaba preciosa toda de blanco, sin velo, con un vestido muy bonito y sencillo, que dejaba al descubierto sus hombros y llegaba a cubrir sus pies. -¿Qué tal estoy? –Me preguntó. -Espectacular. –Fue lo único que vino a mi mente. -Gracias, pero no solamente te he llamado para esto. Ven conmigo. Me llevó hasta el borde de la cama, se agarró la parte trasera del vestido y se lo echó por encima al tiempo que se doblaba, sobre el colchón y me decía: -Fóllame por última vez de soltera. La vista de su culo y coño, sin bragas, con un liguero sujetando sus medias, las piernas rectas sobre unos altos tacones y separadas ofreciendo su intimidad, me la pusieron dura de golpe. Me quedé desnudo de cintura para abajo y me agaché tras ella para lamer su coño y ano. Le dediqué un buen rato a recorrer su raja hasta el ano y presionar con el dedo su esfínter para abrirlo. Pronto me apremió a que se la metiera por el culo, cosa que hice inmediatamente. Me coloqué tras ella, froté bien mi polla sobre su ...
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