Pablo - Primera parte - Relatos Eróticos

Pablo - Primera parte

... todavía eres virgen.”- “¿Eso le has dicho? ¿Le contaste detalles de nuestros encuentros?”- “No, no quise que se sintiera incómodo y avergonzado, pero estoy casi seguro que en estos momentos tu padre le estará contando a tu madre...”Me tapaste la boca con un precioso beso y me dijiste.- “Quiero chuparte la verga y tomarme toda la leche que me puedas dar.”Me sacaste el bóxer y te apoderaste de mi verga como un bebe hambriento lo hace con el pezón de su madre. Aproveche para sacarte la musculosa que llevabas puesta, mientras me lamías ávidamente el glande y me sobabas las bolas. No aguante mucho más y te llene la boca con todo el semen que ese día tan caliente había acumulado, debieron ser como 4 o 5 chorros largos, blancos y espesos que inundaron tu garganta, y tú con mucha habilidad no desperdiciaste ni uno. Cuando acabaste de limpiármela te empecé a pajearte hasta que tras un gemido agudo empezaste a correrte, y toda tu maravillosa corrida finalizó en mi mano, mi brazo y mi pecho.- “Ahora quiero ser tuyo para siempre. Quiero sentir tu verga bien adentro de mi culo, quiero sentir tu leche dentro mío.”Luego de algunos minutos y gracias a tus ...

... caricias mi verga volvió a tener vida propia. Como no quería lastimarte te pedí que te montases a horcajadas sobre mí, así tu podrías manejar la profundidad y el ritmo. Pude ver a mi verga desaparecer lentamente dentro de tu culo.- “¿Estás cómodo? ¿Te duele?”- “Un poquito.”- “Deja que tu culo se acostumbre y se siga dilatando y cuando tú te sientas cómodo comenzamos.”Comenzaste una cabalgata primero suavemente y luego furiosa sobre mí y al cabo de unos minutos que parecieron eternos nos corrimos al mismo tiempo. Yo con 2 o 3 chorros muy espesos dentro de tu culo, y tú como una fuente interminable de leche sobre mi pecho y mi vientre. Te recostaste sobre mí y mientras nos besábamos, mi verga seguía latiendo dentro de ti. Fuiste mío por primera vez y fue maravilloso.Mi verga salió de dentro de tu culo desvirgado. Nos besamos en una interminable danza de nuestras lenguas buscándose y enroscándose frenéticamente que nos hizo perder noción del tiempo. Me diste la espalda acomodando tu hermoso culo contra mi pija y mientras jugueteaba con el lóbulo de tu oreja, nos dormimos desnudos y abrazados hasta el día siguiente.(Continua en: “Pablo - Segunda parte”)