1. Esos agujeros en las paredes del baño


    Fecha: 25/03/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Había estado haciendo compras esa tarde con mi adorado Víctor en el paseo de compras; pero no había encontrado nada que me gustara; por lo tanto, no estaba de muy buen humor.Estaba muy caliente, eso sí; bastante excitada con las miradas que me echaban todos los hombres; los que iban solos o de la mano de sus desabridas esposas. Sentía que me desnudaban con la mirada. Algunos me hacían guiños o gestos; a pesar de que mi esposo iba a mi lado…Víctor ya lo había notado y, al ver a uno de los más caraduras lanzándose con todo, solo había sonreído con un gesto abúlico.Me miró de reojo y me preguntó:“Te ponen caliente todos esos pajeros…?Le respondí que naturalmente me excitaba sentirme deseada por esos hombres y que ya me estaba humedeciendo un poco…“Podemos ir a los baños…” Me sugirió mi esposo, sonriendo…Ambos sabíamos que, en esos baños públicos, se alineaban varios retretes repletos de las más obscenas inscripciones. Además, alguna de esas cabinas tenía agujeros en los mamparos; para hacer lo que se hace normalmente en los llamados “glory holes”…Al entrar a ese lugar, pudimos oír el golpeteo rítmico, cada vez más violento, contra el tabique de separación y cómo los gemidos se mezclaban con insultos y malas palabras…entre dos hombres…Encontramos que entre el tercer y cuarto retrete había un agujero bastante grande, toscamente horadado en el tabique. Sin apenas dudarlo un segundo, Víctor me indicó que entrara al tercero, no sin antes advertirme:“Te voy a dejar la concha en ...
    ... llamas, como a vos te gusta…”Entré allí, trabé la puerta y me bajé los pantalones y mi tanga hasta los tobillos, dándole la espalda al mamparo donde estaba el agujero. Me quedé esperando, mientras oía que, al lado, mi esposo se desabrochaba sus pantalones; mientras el tintineo del cinturón se mezclaba con los ruidos y gemidos de las cabinas contiguas.De reojo, pude percibir una tremenda erección apareciendo por la abertura detrás de mi cuerpo. Apoyé mis manos contra el tabique opuesto, para exponer mi culo a las embestidas de mi esposo…Una mano reemplazó a esa verga palpitante y pronto esos dedos comenzaron diestramente a acariciarme la vulva, ya muy jugosa.Entonces noté la verga de Víctor acercarse palpitante, aunque inusualmente grande, ancha y muy expandida, muy dura, que ahora trataba de apoyarse en mi entrada anal…Un gemido seco salió desde lo más profundo de mi garganta.Sentí el glande de mi esposo pugnando por adentrarse, venciendo, finalmente, la natural resistencia de mi apretado esfínter.Dijo que iba a dejarme la concha al rojo; por eso no entendí por qué había decidido empezar por mi ano.Con su dura verga ya alojada enteramente en mi culo, el ritmo y los movimientos con los que profundizaba y se retiraba por mi tan estrecho recto, hacían que dolor y placer se combinaran bien…Pronto obtuve un gozo que se me antojó absolutamente novedoso.Mientras era placenteramente sodomizada, levanté un poco mi cabeza, a fin de tomar un poco de aire y percibí, por primera vez, un pequeño ...
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