1. Costumbres tribales


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Cuando acepte aquel trabajo no era consciente de los riesgos que entrañaba. Debia iniciar el estudio antropológico de una tribu que habia sido recientemente descubierta en el centro de Africa, en una selva virgen. La Universidad en donde daba clases habia decidido que era mejor que me tomara esas "vacaciones" para recuperarme de la separación de mi esposa, que habia sido muy traumatica, quedándome yo con nuestros dos hijos: Pablo y Marta, de 18 y 19 años respectivamente. Yo por entonces tenia 40 años, y estaba de bastante buen ver. Como solamente ibamos a estar un mes alli, me lleve a los chicos conmigo, para que vivieran una experiencia unica en la naturaleza mas salvaje. No pude imaginar como de unica seria..... Nos instalamos al lado de su campamento. Eran una gente muy reservada, ya que no conocían a los hombres blancos, y se sabia poco de ellos. Vivian en chozas comunales y no parecian peligrosos. Se habian mostrado siempre muy reservados, pero tambien curiosos por la novedad que aparecia ante ellos. Nosotros eramos cinco personas. Otra antropóloga mas mayor que yo, de unos 60 años, los chicos y un nativo y yo. Para integrarnos con ellos adoptamos algunas de sus costumbres, como ir desnudos. En casa siempre habiamos sido reservados, y al principio nos costo un poco. Tuve que explicarles que era natural, aunque en la ciudad no lo haciamos, y que era muy comodo ademas. Al principio evitábamos encontrarnos incluso, para no vernos, pero nos fuimos acostumbrando, aunque ...
    ... algunas veces no podiamos evitar estar medio empalmados, y era un poco de compromiso. Al indígena le tuve que llamar la atención, porque lo pille empalmado delante de los chicos, que le miraban al rabo alucinando. A los pocos dias ya estabamos muy integrados, y ellos habian cogido confianza y nos miraban con todo el descaro del mundo, iniciando timidos acercamientos. Mis hijos lo habian llevado bien, estaban siempre con nosotros, pero habian jugado con chicos de la aldea, siempre a mi vista,y parecian estar pasándoselo en grande. Conseguimos comprender que los indígenas nos estaban pidiendo ayuda. Llegue a entender que habian muerto algunos, y que habia bastantes que no aparentaban buena salud. Me llevaron a una tienda apartada, donde una pareja, una mujer y un hombre jóvenes, permanecían en la cama. Estaban muy enfermos, casi moribundos. Enseguida me di cuenta de lo que buscaban en nosotros, y la doctora y yo comenzamos a reconocerlos inmediatamente. Tras observar sus genitales no tuvimos duda: sífilis. Seguramente algun miembro de la expedición que les habia descubierto habia follado con alguna mujer de la tribu, y le habia pegado sífilis, y parecia que habia bastantes afectados. Inmediatamente distribuimos pequeñas dosis de penicilina de nuestro botiquín, que habiamos traido muy bien surtido. Acertamos al distribuir al dosis, ya que a la semana o diez dias, la aldea habia recuperado una alegria tremenda. Todos se encontraban mucho mejor, incluso los moribundos. La penicilina ...
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