Visitas a mi vecino (Sesión doble) - Relatos Eróticos

Visitas a mi vecino (Sesión doble)

-No tienes porqué preocuparte Rafa. Como ha dicho Mario, todo tiene solución; y tu puedes convencernos fácilmente de que nos mantengamos al margen de vuestra relación. Supongo que cuando Dieguito te quiere, es porque le merece la pena correr el riesgo de que todo el mundo se entere; así que, ¡por favor!, convencenos de que hay motivos para que Dieguito corra ese riesgo, y podrás contar con nuestra absoluta discreción... ¿verdad, Mario? - ¡Por supuesto!, D. Carlos El Rafa, estaba mosqueado a tope, pero era consciente de la situación, y no iba a estropear su rollo con Diego por culpa de estos dos cabrones. - ¿Y?… - ¡Bueno!, para empezar. Creo que podías ponerte de pie y dejarnos verte un poco ¿no?… ¿te parece bien, Mario?, dijo D. Carlos… - Me parece fenomenal, D. Carlos. El Rafa, les miró con una sonrisita burlona; y se levantó con cierta chulería. Se colocó delante de ellos y dio alguna vuelta sobre si mismo, tranquilamente; dejándose ver bien. - ¿Que tal?, ¿que les parece?, o ¿quieren algo especial?… - ¡Mmmmmm!, que rico estás, cabrón, dijo D. Carlos. A ver, acercate un poco, que quiero sentir ese culo en mis manos… El Rafa, se acercó a D. Carlos, y dejó que le manoseara sin poner el mas mínimo impedimento… - ¡A ver, a ver!… que yo también quiero, dijo Mario, acercándose a ellos. D. Carlos estaba acariciando la soberbia entrepierna de Rafa, que quieto, dejaba que sus manos le tocaran por detrás y por delante, sin reparo alguno... - Está tremendo, Mario. ¡Mira que culo!... ...

... ¡tócale, tócale!… ¡ya verás, que culazo mas rico tiene este cabrón!… - ¡Mmmmmm!, ¡que cosa! ¡Como me gustan estos culos!... Pero, de repente, el Rafa se separó de los dos y mirándoles con descaro, dijo… - ¿Que tal?, ¿les ha gustado? Pues, si quieren esto, y se agarró el paquete ostentosamente, tendrán que pagarlo… Bajando el tono y relajando la ironía de sus palabras, continuó... - Solo os costaría 300€... pero, si no tenéis para pagar; y ahora miró a D. Carlos. Creo que yo ya he cumplido con Vd. ¿no? Le he ayudado con las bolsas de la compra, y creo que ya no necesita Vd. ningún favor mas... ¿o, me equivoco? D. Carlos miró a Mario preguntándole con la mirada si lo dejaban, o, pagaban… Y sin saber a que atenerse, El Rafa se dirigió a la puerta de salida. - ¡Espera!, ¡espera, un momento!, Rafa. Se levantó y cuchicheó con Mario durante unos segundos; no tardó mucho en convencerle para que accediera a pagar los 300€, que Rafa pedía. - Pero, ¿tu has visto como está? Los pagamos a medias y ya, Mario. Y, aunque Mario nunca había tenido que pagar para follar, Rafa le parecía algo extraordinario; y, además, no podía aguantarse las ganas. Mientras se ponían de acuerdo, Rafa, que les estaba esperaando, alzó la voz y muy serio dijo: - Lo de Diego, Sres. solo tiene que ver con el fútbol y la amistad que tiene con mi hijo Oscar… ¿estamos de acuerdo?… y los miró con toda la mala leche que pudo. Tanto D. Carlos como Mario, le miraron bastante cortados y sorprendidos; y le pidieron disculpas… ...