1. Desvirgando a Berenice


    Fecha: 04/04/2018, Categorías: Humor sexual Autor: marcolopezlit, Fuente: xHamster

    ... cinco centímetros. Y se asomó el hermoso rostro de Berenice. Igual que entonces, su rostro me roba sonrisas. Sonrió desde detrás de la puerta y me dijo: "pasa".El cuarto estaba vacío. Sobre una silla descansaba la mochila de mi novia, y sobre los muebles había velas.Cuando la volteé a ver ella sólo sonrío. Con las manos en el vientre y la mirada clavada en el piso, dijo: "Te mentí, no vendrá mi prima". "¿Ah, no? Entonces qué estoy haciendo aquí", le pregunté. Ella caminó hasta donde me encontraba, puso sus manos en mi cintura y me dijo: "quítate la chamarra". Cuando lo hice, ella continuó: "te pedí que vinieras porque ya no aguanto. Te amo y quiero hacer el amor contigo. Es mi regalo para ti". Yo sonreí; no sabía qué responder, así que la besé. Es, aún ahora, uno de los mejores besos que me han dado.Mientras nuestros labios y nuestras lenguas emprendían una batalla sin tregua, nuestros cuerpos poco a poco se fueron desplazando hasta la cama. Antes de que nos diéramos cuenta estábamos acostados. "Tengo un poco de frío", dijo ella de pronto, así que nos cobijamos. Y no bien estuvimos cubiertos por las sábanas, sus manos casi me arrancaron la camisa. Yo la dejé hacer y la seguí besando. Asimismo, mis manos comenzaron, por primera vez, a recorrer su cuerpo. Al tiempo que su pelvis se presionaba contra la mía, mis dedos acariciaban sus pechos, aún cubiertos por tela. De cuando en cuando, cuando nuestras bocas se separaban, nos decíamos te amo, pero eso no sucedía mucho. Un ruido ...
    ... de succión predominaba en el cuarto.Entonces le quité la camisa. Ella era muy tímida, y no era para menos, pues era su primera vez. Por eso, cuando se quitó el brassiere, cubierta por las sábanas casi transparentes de aquel motel, ella se tapaba los pechos, aunque no servía de mucho, pues su piel morena hacía contraste y me dejaba verla casi en plenitud, belleza a todo lo que daba. Aún ahora, casi cuatro años después, sonrío y me excito cuando recuerdo eso.Tardamos casi veinte minutos en quedar sólo con los calzones puestos. E incluso así ella se cubría con las sábanas. Su inocencia me cautiva. En este punto debo describir sus pechos a fondo. Eran perfectos: tienen la combinación perfecta entre firmeza y maleabilidad, se ajustaban a mis manos mejor que cualquier cosa, y sus pezones estaban hechos para entrar en mi boca. El contorno de esas tetas vuelve loco a cualquiera, y más cuando las ves moverse arriba y abajo, al compás de la respiración de Berenice, mientras mi verga embestía su coñito, húmedo, ansioso y bien dispuesto.Pero continúo. Cuando por fin la ropa no fue un estorbo me sumergí entre las sábanas. Ante mí se mostraba el paraíso: bajo la delgada piel de Berenice se distinguían los músculos a la perfección. Besé sus tetas por primera vez y poco a poco fui bajando, hasta que llegué al monte de Venus, donde una hermosa montaña de cabello rizado se alzaba ante mí.Por primera vez, mientras lamía su ombligo, mis dedos le acariciaron el coño, y la humedad que sintieron me ...