1. En las garras de un viejo mecánico


    Fecha: 05/04/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa noche mi adorado Víctor no quiso acompañarme a una fiesta que daba una antigua amiga, para celebrar sus increíbles veinticinco años de matrimonio.Comprendí que mi pobre esposo estaba bastante cansado después de una larga semana de arduo trabajo en su oficina y entonces le dije que me esperar en casa. Me llevaría nuestro flamante auto, para no tener que pedirle a él que me fuera a buscar más tarde…La reunión me resultó bastante aburrida y cerca de la medianoche me despedí de mis amistades y emprendí el regreso a casa.Estaba muy oscuro afuera; era una noche fresca y el cielo estaba nublado. Apenas había recorrido unos pocos kilómetros entre calles oscuras, cuando el motor del auto se detuvo repentinamente. Por más intentos que hice, no pude lograr que volviera a arrancar otra vez.El lugar donde estaba era bastante oscuro y desolado. Tuve miedo de bajarme del auto. Llamé a la compañía aseguradora para solicitar asistencia técnica, pero a esa hora nadie me respondió.A pesar de que era tan tarde, decidí llamar al mecánico que siempre le había arreglado los autos a Víctor.Era un hombre mayor, de más de setenta años, un poco hosco en el trato y muy callado. Su nombre era Don Rafael. Mientras esperaba que llegara este hombre, me quedé encerrada dentro del auto. Afuera soplaba un viento frío que erizaba mis pezones. Esa noche llevaba un vestido corto de seda negra, muy sexy; no me había puesto ropa interior y me sentía un poco mareada por haber bebido algunas copas de más con mis ...
    ... amigos.Mientras esperaba, también noté que cierta humedad en mi entrepierna empezaba a aflorar. En esos días andaba demasiado caliente: Víctor con la excusa de estar estresado por exceso de trabajo, hacía una semana entera que no me cogía, ni siquiera me tocaba…Una hora después de haberlo llamado, por fin apareció Don Rafael por allí; con una camioneta que llevaba una pequeña grúa.Me saludó cortésmente, preguntándome por mi esposo. Luego se ocupó de revisar el motor y concluyó que la bomba de nafta estaba averiada. Debía remolcar mi auto hasta su taller.Mientras Don Rafael hacía los preparativos, traté de comunicarme con Víctor, pero allí había poca señal. Tampoco pude encontrar un taxi a esa hora; por lo tanto, no me quedó otra opción que irme de allí con el viejo mecánico hasta su taller.Apenas subí a su camioneta pude oler a alcohol; no solamente en la cabina, sino también en el aliento del viejo… En cuanto me senté a su lado, pude ver su mirada lujuriosa sobre mis largas piernas y mis tetas…El viaje se me hizo eterno, porque, además de estar el taller alejado, la camioneta no podía marchar demasiado rápido. No intercambiamos casi ninguna palabra con Don Rafael durante el trayecto.Luego de entrar la grúa y mi auto, me ayudó a bajar, ya que yo estaba un poco mareada por el efecto del alcohol.Don Rafael parecía estar más caliente que una sartén, porque ya sin ningún reparo me miró de arriba a abajo; tanto que pude notar cómo su verga comenzaba a ponerse tiesa dentro de sus ...
«1234»