1. Ana y el médico a domicilio


    Fecha: 05/04/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ana y el médico a domicilioEse domingo habíamos estado de gran festejo en la casa quinta de unos amigos, con asado, empanadas y mucho, mucho Cabernet Sauvignon…Por la noche me sentía bastante mal, con una pesadez estomacal insoportable.Tenía un gran dolor en la boca del estómago, así que me recosté en la cama y le pedí a Anita que llamara al médico de nuestra obra social. Ella muy preocupada lo hizo y pidió que viniera alguien lo más rápido posible, luego se acostó a mi lado y comenzó a masajearme suavemente el estómago.Estuvo así un rato hasta que empecé a sentir que el dolor se calmaba. No solamente ello, con sus caricias que llegaban casi a tocar mi pubis, me empecé a excitar. De pronto sentí el calor de los labios de Ana rodeando la punta de mi verga, que ya estaba bastante endurecida…“Parece que ya no te duele tanto”, me dijo sonriendo.“Ay amor, tus masajes me hicieron bien”. Le contesté entre gemidos.“No te conté lo que me pasó el viernes en el subterráneo; un viejo asqueroso me estuvo apoyando su verga en mi cola durante todo el viaje” suspiró…“Y eso por supuesto, te gustó mi amor?”. Le pregunté, ya sabiendo la respuesta.“Ya sabes cómo me calienta eso, estuve todo el día excitada y no estabas en casa para calmarme”. Me contestó, mientras llevaba su mano a su tanga roja.“Te habría gustado entregarle el culo a ese viejo?”.“Ah, sí, me habría encantado que me lo rompiese”, Me respondió mientras se ponía en cuatro apuntando su culo hacia mi cara. Se levantó la breve ...
    ... falda de jean, corrió la tanga roja y me hizo meter uno de mis dedos en su estrecho ano.Estábamos en el mejor momento, ella chupándome la pija y yo abriéndole su culo con mis dedos, cuando de repente sonó el timbre de la puerta de casa.Ana se arregló la ropa y fue a abrirle la puerta al médico. Yo mientras tanto acomodé un poco la cama y traté de bajar mi erección pensando en otra cosa.Unos segundos después entraba Ana otra vez a la habitación, seguida de un hombre en guardapolvo blanco. El tipo era muy pintón, de unos cuarenta años, bien fornido.Luego de cruzar saludos se sentó en la cama a mi lado, aunque yo notaba que el tipo no le sacaba los ojos de encima a las torneadas piernas de mi mujercita.Comenzó a examinarme y palparme, pero cada vez que se daba vuelta para hablar con Ana, disimuladamente dirigía su mirada a sus piernas, ya que desde la posición que estaba ubicado seguramente podía verle hasta la tanga,Anita, que llevaba una calentura de aquellas, se dio cuenta y abrió un poco más todavía sus largas piernas para ofrecerle una mejor vista.Me diagnosticó una inflamación en los intestinos, producto seguramente de algo que había comido. Pero para estar seguro me pidió permiso para tomarme la temperatura rectal, a lo cual accedí. Me introdujo el termómetro untado en vaselina por el ano, que por suerte casi no lo noté como m*****ia.Mientras esperaba boca abajo, escuché que dialogaba con mi mujercita.“Usted no tuvo malestares, señora?”Anita respondió que no sufría ninguna ...
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