1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 4.


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    continuan los relatos de Pablo y su Madre Mari Carmen, una madre muy ardiente. 4 La luz cenicienta de las primeras horas de la mañana penetra a través de las persianas que cubren las amplias ventanas, iluminando vagamente una gran cama de matrimonio, dónde un joven y una mujer cuarentona se encuentran acostados, desnudos. La mujer, de largo pelo teñido de negro y amplias y jugosas tetas un poco caídas hacia abajo, se revuelve, inquieta. El joven, de no más de quince años, duerme aún. Es un joven muy bien dotado por la naturaleza, pues su polla, aún en posición de descanso, es bastante grande y gruesa. La mujer sale poco a poco de su sopor. Sabe que está ya despierta, que no podrá dormir más, aunque aún no haya sonado el despertador. Acaricia con lentitud la frescura de las sábanas que cubren el colchón y se mueve un poco hacia el otro lado de la cama. Algo tropieza con sus desnudas nalgas, algo grueso y grande, algo que empieza a crecer al contacto con su piel. -Buenos días, mamá- dice Pablo, despertándose de pronto y apretándose todo lo que puede contra el cuerpo de su madre, que está tumbada junto a él, de espaldas y de costado. Son madre e hijo y están desnudos, ambos han compartido una apasionada relación sexual el día anterior, una relación que culminó por la noche con un imponente polvo en esa misma cama en la que ahora están acostados. Mari Carmen, una perfecta y normal esposa y madre de cuarenta y cinco años de edad, cierra los ojos, aterrada, mientras las imágenes ...
    ... del día anterior, de sus incestuosas relaciones con su hijo, toman forma en su cerebro. Pablo acaricia con dulzura el largo y lacio pelo negro de su madre, dejando que su poderoso pene se hinche y se aplaste contra las nalgas de ella. El chico siente el calor que emana el cuerpo de su desnuda madre, nota el contacto con el culo de ésta, y comprende que va a tener una erección de campeonato. Mari Carmen no quiere despertar, no quiere enfrentarse a la situación, y lo que es más, no quiere enfrentarse a Pablo, con su gran polla ansiosa de sexo. La atribulada madre sabe que debe poner término a esta relación, que no debe proseguir más allá, que tiene que guardarse con doble llave en el cajón de los más oscuros secretos. Pero también sabe que Pablo no lo ve así, que su hijo solo piensa con la polla, y que lo único que quiere es follarse a su propia madre. Mari Carmen se mueve despacio, hacia el otro lado, y mientras lo hace, su mente intenta tomar la determinación de terminar con todo aquello. Pero algo dentro de ella, algo salvaje y primitivo, algo que hace que, en este mismo instante, se sienta excitada, le dice que lo deje estar, que disfrute el momento, que goce de un pene como el de su hijo, ya que su marido no le hace caso. La atormentada y desnuda madre se vuelve hacia su hijo. Mari Carmen nota como la humedad empieza a tomar posesión de su sexo y como el deseo lucha para dominarla. Aún así, la mente racional de la jugosa cuarentona parece tomar el control. -Pablo…mira…tienes ...
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