CONOCÍ A UNO QUE TIENE DOS ESCLAVAS, YO ME LAS FOLLO - Relatos Eróticos

CONOCÍ A UNO QUE TIENE DOS ESCLAVAS, YO ME LAS FOLLO

... televisor, abrio el unico cajón, ante mi sacó muñequeras y tobilleras inmovilizo a su esposa, en la pared, despues hizo lo propio con la amiga pero sobre la mesa, pequeña, a mi me habia invitado desde el principio a sentarme en el sofa frente a todo como en un cine, solo que todo era muy real, pasando justo a mi lado. Me dijo me voy a tomar una copa de licor te gusta el licor, le dije que de acuerdo lo probaría pero yo lo que estaba era extasiado, he de reconocerlo, volvió, ahora supe por que queria la copa de licor, trajo las copas la botella y un cenicero yo no fumo él si, uso a la perra como mesa, todo lo colocó sobre su espalda, me sirvió se sirvió él encendió un cigarrillo, creó un ambiente excitante en nada, su esposa de pie con las piernas abiertas él se puso frente a ella, le agarró la cara, me miró estaba vestido como llegó, se apartó a un lado para no tapar totalmente a su esposa queria que yo lo viera y le escupio en la cara varias veces, con su mano extendio su saliva por la cara fuertemente, su mano fue a sus muslos en la parte mas blanda junto a su sexo en la parte interior joder le pegó alli fuerte ella grito, le dió solo una vez, fue al cajón saco un bocado se lo colocó y comenzó a darle, yo escuchaba el fuerte sonido en su muslo en esa parte blanda en uno y otro ella como una cerda furruñaba entre la bola apretada contra su boca, paró tiró hacia arriba del sujetador con enorme fuerza, las tetas se liberaron gordas por la luz me di cuenta que tenia ciertas ...

... marcas muy livianas ahora se notaba algo por la luz, como daba en su cuerpo, le tiro de los pezones sus tetas se estiraron ella gritaba seguro pero casi todo el sonido era impedido por la bola, escuché claro como le dijo puta perra, la soltó, los pezones su cabeza cayo un poco hacia abajo, respiraba como una cerda, cogió unas pinzas del cajón, ella miró con cierto terror, se las colocó de la primera de forma maestra ella retorcia su cuerpo, sus muslos pero él no se inmutaba no tenia piedad, yo me dí cuenta que no tenia ganas de joderla en esos momentos sino de mirar si estaba excitado pero me gustaba mirar aquello mas y mas, no sentía ni pena ni empatia hacia ella, solo me gustaba ver como le estaba dando mas y mas su marido, una vez le puso las pinzas, las toco una y otra vez siempre de lado sin mrarme él pero dejando todo despejado para que yo viera todo tranquilamente, salió sin decir nada de la sala, quedé alli a solas su mujer gimiendo por las pinzas apreadisimas en sus pezones la otra callada como si no existiera estuve como un par de minutos él apareció de nuevo, en slip se habia quitado la ropa traia una larga regla de madera, le bajó las bragas a su esposa unos 20 centimetros quedando entre los muslos, apareció un chocho con vello por todos lados muy corto pero lleno de pelos, todo estaba pensado él le dijo que cerda eres, mira como tienes el coño, te lo tendre que afeitar, seguro que la guarra de Celia lo tiene igual soy dos perra, que hay que estar educandoos cada ...