1. La borracha madre de mi amigo


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    Cuando uno menos lo espera, el sexo golpea tu puerta. Eran las 10 de la noche, venía llegando a mi casa, estaba estresado luego de un arduo día laboral. Ya había guardado mi auto y me preparaba para comer algo, acostarme, para ir al otro día a trabajar, cuando Mario, un amigo mío, me llega a visitar de improviso. Mario es el típico amigo que siempre esta cuando lo necesitas, amigo de infancia, amigo de la bohemia, de las mujeres y del alcohol. Bajo de estatura, con suerte me llega al hombro, tiene mi edad, 38 años, algo gordo, con poca suerte con las mujeres y con un serio problema alcohólico. Siempre que nos reuníamos, tenia que beber y la mayoría de las veces terminaba borracho. Ya cuando llegó, venía con aliento de que había bebido algo y luego de estar unos minutos en mi casa, le ofrecí un trago y otro para mí, para conversar de la vida y relajarme de ese pesado día laboral. Obviamente me lo aceptó. Mi amigo es separado hace dos años, y se fue a vivir con su madre a dos cuadras de mi casa. Su matrimonio por causa del alcohol terminó en un rotundo fracaso y luego de eso, con mayor ímpetu no se alejaba de la bebida. Ya a la hora de estar bebiendo en mi casa, mostraba claras evidencias que ya estaba borracho. Me pidió otro trago, pero se lo negué, le dije que ya no me quedaba, que aparte era tarde y que por su estado, era mejor que lo acompañara a su casa. No se quería ir, pero aceptó y caminamos esas dos cuadras conversando y fumando hasta que llegamos a su casa. Su madre ...
    ... nos sale a recibir, saludándome y riéndose del estado de su hijo, que era de los borrachos simpáticos, risueño, alegre y más conversador se colocaba. La abrazó fuertemente, le dio un fuerte beso tratándola de �Silvia�, riéndose el mismo de su estado. Entró a la casa, supuestamente al baño, mientras yo intercambié una breve conversación con la mamá de Mario, la que conocía hace muchos años y que siempre me había recibido muy bien en su casa. Al poco rato, aparece Mario con dos vasos, uno para mí y otro para él para seguir la conversación que traíamos. La señora Silva, le preguntó si ibamos a tomar solos, que le pasara ese vaso a ella y que fuera a buscar otro para él. En muchas otras oportunidades, ella también compartió con nosotros de esos tragos nocturnos, notándose de donde venía el gusto por el alcohol de mi amigo, ya que la señora siempre bebía a la par con nosotros. La señora Silvia, al igual que su hijo, era muy baja de porte y algo gordita. Ya estaba entrada en años, se había jubilado de un puesto municipal, separada desde hace muchos años. Desde que conocí a su hijo a los 15 años que ya estaba separada y siempre sin pareja. Al igual que su hijo, ella era muy conversadora y alegre, buena para las bromas y chistes en doble sentido, más aun cuando bebía. Yo la verdad lo estaba pasando muy bien, era lo que necesitaba para relajarme del apestoso día en la oficina, sentados los tres afuera de su casa, bebimos y bebimos, hasta que Mario terminó quedándose dormido, muerto de ...
«1234...»