El arreglo de la ducha - Relatos Eróticos

El arreglo de la ducha

El arreglo de la duchaEn el estudio porteño donde trabajaba, me pidieron en una ocasión que acompañara a uno de los abogados socios, para hacer un rápido viaje al interior, de apenas dos días.El hotel donde nos alojábamos era de cuatro estrellas, parecía bastante cómodo y estaba ubicado en el centro de la ciudad. Después de hacer el check-in en la recepción, mi acompañante dijo que nos reuniríamos con los clientes para cenar, por lo tanto, debía reunirme con él en la entrada, en un par de horas.Había llegado del viaje en avión demasiado cansada; había trajinado toda la mañana en la oficina antes de ir al aeropuerto y allí todavía una demora imprevista del vuelo había empeorado todo.Apenas entré a mi habitación me quité los tacones y las medias de nylon, dejándolas tiradas en el piso. Luego desabroché mi falda, que también cayó al suelo y por último me quité la blusa, quedándome vestida solamente con un body de encaje negro muy sexy…Fui directamente al baño, pensando en darme una buena ducha que me sacara el calor… y la calentura que traía. Víctor también había estado de viaje en esa semana y llevábamos una semana sin coincidir para coger…Al entrar vi que la ducha tenía cristales de espejo hacia la calle. Me puse más caliente todavía, sólo de pensar en masturbarme dentro de ese lugar que creaba la ilusión de que podrían verme desde el edificio de enfrente. Me bajé un poco el body, para liberar mis turgentes tetas, cuyos pezones ya estaban duros por la idea; también sentía que ...

... se me había mojado la tanga hasta empaparla.Fui a abrir el grifo del agua caliente pero no salió ni una miserable gota.Me puse a tocar a todos los botones y palancas de la ducha hasta convencerme de que no funcionaba.Llamé a la recepción y una amable señorita pagó mi enojo, mientras le explicaba el problema a los gritos. Me escuchó pacientemente y me informó que alguien vendría enseguida a solucionar el tema.Colgué bruscamente, todavía ofuscada y revolví mi valija hasta encontrar un camisón transparente muy liviano que siempre usaba en la cama.Cinco minutos después apareció un hombre en mi puerta. Era joven y musculoso, con unas espaldas muy anchas. Llevaba un mameluco de trabajo con la cremallera abierta, lo que dejaba ver el vello de su pecho. Estaba transpirando y se notaba incómodo por con tener que venir a reparar mi ducha, pero se le iluminó la cara cuando me miró las tetas descaradamente. Le expliqué que no salía agua de la ducha y lo acompañé hasta el baño, pasando por sobre mi ropa tirada en el suelo.Retrocedí unos pasos y me incliné a recoger la ropa interior; sin darme cuenta le regalé al tipo una perfecta vista de mi culo y mi pubis depilado…Su mirada libidinosa me había puesto muy caliente y sentía mi entrepierna humedecida otra vez.A los cinco minutos ya había terminado el arreglo. Pasé a su lado dándole las gracias y me encerré en el baño sin despedirme del tipo. Necesitaba un buen orgasmo después de todo lo que había pasado. Me desnudé y me senté en la ducha ...