1. JOHANA


    Fecha: 13/04/2018, Categorías: Gays Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    JOHANA JOHANA Antes que nada no quisiera que me juzguen sin ponerse en mis zapatos, solo vi la oportunidad y la tomé, no me enorgullece lo que hice, pero tampoco me arrepiento La vida nunca se portó bien conmigo, somos siete hermanos, yo soy el menor, por lo que ellos cuentan mi madre murió cuando nací, estuvo mal esterilizada y una infección rápidamente invadió su organismo y cuando los médicos advirtieron lo que pasaba era tarde, no se pudo hacer mucho. Mi padre cargó con todo el peso, y la carga fue muy pesada para sus hombros, a mis tres años se quitaba la vida colgándose en una viga del dormitorio. Todos fuimos repartidos entre los familiares, a mí me tocó con una tía, hermana de mi padre, mis primeros recuerdos me llevan a una mujer regordeta y bonachona, que me trataba y quería como el hijo que nunca tuvo, cuando tenía unos diez años se casaría por primera vez y encontraría en este tío el afecto de un padre. Pero bueno, mis padres no estaban, a mis hermanos los veía poco y nada y para colmo vivíamos en una pobreza terrible, éramos muy humildes, muchas veces me iba a dormir con un pedazo de pan duro en el estómago y los fines de semana el mejor menú era un buen guiso. Mis juguetes eran latas oxidadas y autitos improvisados en ramitas talladas, se me agrandaban los ojos cuando veía las cosas que tenían mis amigos, recuerdo que pena y que bronca me daba cuando los rompían solo por diversión, por el hecho de tener otros disponibles. No estudié, no pude, con mi padre ...
    ... postizo aprendí el oficio de zapatero y cuando otros estudiaban yo debía ayudarlo en el taller, apenas terminé la primaria. En mi adolescencia llegaría mi despertar sexual, empezaría a ver a las chicas como mujeres y descubriría lo que tal vez fuera el único regalo de la naturaleza, mi pene era enorme, cabezón y colgaba entre mis piernas en forma llamativa. Tuve mis primeras experiencias sexuales, descubriría que para la mayoría de las mujeres el deseo de un pene enorme era más parte de su morbo que una necesidad, no se sentían cómodas con tanta pija. Mi tío había fallecido y yo seguí por un tiempo con el oficio de zapatero, pero los vaivenes económicos de mi país subdesarrollado me hicieron vivir años de una importación asesina, a la gente le salía más caro reparar zapatos que comprar nuevos. Para mí fue devastador, no pude subsistir y la única salida fue empezar a trabar bajo relación de dependencia. Estaba llegando a mis treinta años cuando entré a trabajar en una pequeña fundición familiar, nada que ver con mi oficio, pero si algo me sobraba eran ganas de aprender. Patricio, nuestro capataz era el hijo del dueño, un joven de piel blanca y de flojo carácter, parecía más uno de nosotros que alguien que fuera a tomar las riendas a futuro, su padre lo trataba con rudeza y generalmente lo ninguneaba ante nuestros ojos, por lo errores que cometía. Era triste, porque si su padre no lo respetaba que respeto podíamos tenerle nosotros? Faltaba disciplina y las cosas así no funcionaban. ...
«1234»