1. El jueguecito


    Fecha: 13/04/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... tías tardáis más, jiji" Yo: "Gracias. Adiós" Él: "Adiós" Me he quedado pensando, con el móvil posado entre mis pechos. Lo miro. La visión de mi cuerpo desnudo me turba; eso, unido al caliente chat que recién he mantenido, me están poniendo muy cachonda. Mis pezones se yerguen sin poder evitarlo. Se me vienen a la mente escenas en que Berto y yo follamos como locos en esta habitación, en que él me come el coño y yo me corro viva, en que le hago una mamada y consigo que su potente eyaculación anegue mi boca... Estoy muy excitada, demasiado... Mi físico, que es más de actuar que de pensar, no vacila ni un instante: una de mis manos toma el móvil por entre mis tetas y lo acerca a mi nariz, mientras la otra se introduce bajo el elástico de mis braguitas y extiende los dedos índice y corazón, que se posan encima de mi rajita esperando acción. Escarbo en la pantalla del smartphone con mi dedo pulgar; busco. WhatsApp. Busco. Contactos. Berto. Observo que está en línea. Me da un ligero ataque de celos, pero logro controlarlo. Abro el chat. ...
    ... Escribo: Yo: "Estoy en el interior de mi tipi, hace calor aquí dentro, me he tenido que quedar tan solo con mi taparrabos puesto. Mi esposo ha salido a cazar. Unto todo mi cuerpo con grasa para recibirlo bella y deseable a su vuelta. Me detengo en mis tetas, las cuales masajeo en todas direcciones, sus ternezas juguetean entre mis finos dedos, soy una india cheyenne esperando a un hombre que tarda en llegar" Berto: "Soy un soldado yankee. Irrumpo en tu tipi. India, te hago mi prisionera" Yo: "mmmm, apuesto soldado, ¿qué me harás, dónde me llevarás?" Después de escribir esta última interrogación, me entra una risa gozosa e incontrolable; "Vaya, así que la única que está en la inopia soy yo, parece que Berto también conoce el jueguecito", pienso. Sin embargo, no voy a parar para pensar demasiado, ya me recomendó el primero que comenzase a tocarme pronto. Introduzco mis dos dedos en mi coño, y, a la vez que pulso letras, y las acaricio con mis ojos, pulso mi clítoris, acaricio los labios de mi vagina, cada vez más mojados, cada vez más caldeados. 
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