1. Me sacó las lágrimas


    Fecha: 22/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... en la cama y las rodillas dobladas, estás temblando mientras es ahora mi cara la que llega hasta tu traserito. Ni qué decirte. Quiero comerme a besos tan lindo tesoro. Mis labios se pegan a tu nidito. Mi lengua recorre los bordes muy despacito, saboreando cada pliegue. Doblas más las piernas y tus pies pisan en mis hombros, dejando más disponible a mis besos y lamidas tu trasero. Mis ojos y nariz se restriegan entre tus testículos a los movimientos de mi lengua. Hago un alto para observarte. Estás con los ojos cerrados y con los labios apretados, gimiendo de excitación. Despacio, levanto totalmente tu vestido hasta que salta tu clítoris. Está erecto, babeante. - Bésame mi cosita, mi macho. - No, preciosa. Es mi turno de gozarte. - Te desesperas y quieres llorar, pero nuevamente empiezas a gozar cuando sientes mis manos que empiezan a lubricar con delicadeza tu nidito. Levanto tus piernas y las coloco en mis hombros. Esperas sin moverte y coloco la punta de mi pene en tu entrada. Ahí descansa por un rato, mientras mis manos recorren tus piernas embarrando de lubricante tus medias. Poco a poco te penetro, despacio, con ternura, hasta tenerte toda entallada. - Mhmm. ¡ Ahh ! - Disfruto tus pliegues apretando mi masculinidad. Con suavidad empiezo a bombearte. Rico, despacio, pero potente. Me quedo dentro de ti y rompo tu media izquierda para meterme tus dedos a la boca y chupar con fuerza. - Ayyy, mhmmm... - Terminas. Veo como tu vestidito de lycra empieza a mojarse en la ...
    ... entrepierna. Entonces bombeo más fuerte, demostrándote lo mucho que me gusta mi hembra, lo mucho que me gusta cogerme a mi mujer. - ¿No que muy hembra? Aguanta a tu macho, cómetelo todo. - - Me retiro de ti despacio y nuevamente me voy a tus pezones. Luego, pongo un poco de lubricante en tu mano izquierda y pongo mi pene sobre ella. Empiezas a masturbarme despacio, por un rato. Levanto el vestido mojado para ver tu clítoris y, aunque está todo ensopado, está erectándose otra vez. Acerco mi pene a tu clítoris para que se besen por un rato. De repente, sin previo aviso, me introduzco nuevamente en ti, arrancándote un pequeño grito. Te poseo por mucho rato, hasta que me dices que te duelen las caderas, las nalgas, las piernas y el interior de tu nido amoroso. - Ni siquiera has tocado mi clítoris. - Me dices con voz suplicante. Te desato los brazos y sin salirme de ti giramos, quedando yo debajo y tú sobre mí, ensartada. Quedas montando a tu macho y te tomo de la cintura con fuerza. Tu babeante clítoris moja mi abdomen mientras tus manos se van a mi pecho y se aprietan de mis hombros. No sé de dónde sacas tantas fuerzas pero me exprimes el miembro, me lo aprietas con fuerza. - Mamacita. Mhmmm. Mhmmm. - Termino dentro de ti. Mi orgasmo es largo. Estamos así por un rato hasta que nos separamos. Yo estoy agotado y no puedo ni moverme. Tú te quitas las medias y con ellas limpias tu clítoris. Te desnudas totalmente y te secas el sudor. Apenas veo que te pones un transparente camisón rosita y ...