1. Perra Vida


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cosa, cuando debiera estar con la menopausia. Seguro que me desajustaron el diu en aquella fiesta-orgía para la que me contrataron y que acabó en el juego de esconder una canica en un coño o culo y buscarla. Como fuera así, estoy asustada, ya que había un negro en el grupo. Solo faltaría para los cuernos de mi pobre marido un bastardo mestizo. Con lo pacientemente que llevó los otros dos niños, los quiere el pobre como si fuesen sus propios hijos. Les atiende más que yo. Qué dirían las vecinas con el niño negro. La harpía del tercero se huele algo sobre mi trabajo ya que insiste mucho en preguntarme como es que nunca me ve comulgando en misa. ¡Ja! como para comulgar, me tendría que pasar la vida confesandome antes y el cura me mandaría a tomar por culo. ¡Qué ironía de frase se me ha ocurrido!, con toda seguridad que a mi pesar tendría que cumplir ese mandato. Bueno, ya estoy lista para ser follada. Ahora dejaré puesta la lavadora. Esta noche cuando vuelva supongo que no tendré más remedio que acostarme. Pedro volverá a cabrearse diciendo que el director abusa de mi. Mnos mal que mañana no hay rodaje. No tienen más guiones. Como si les hiciese falta un intelectual para imaginar los argumentos y redactar esos bodrios. De todas maneras prefiero que tengan guiones y trabajar en esto. Es más cómodo y seguro que hacer de puta como me veo obligada cuando no hay películas. Es una de las pocas ventajas de estar preñada. Mejor será después, cuando me ofrezcan los papeles de ...
    ... lactancia. Así si hay trabajo seguro sin necesidad de cargar con el bombo. Y después ... Después a lo que salga y al complemento de puta. Pobre Pedro, pero con su miserable sueldo nos moriríamos de hambre. Lo que más me asombra de este hombre es que sea capaz aún de hacerme al amor sabiendo que traigo el coño y el culo repleto de semen de desconocidos. A veces pienso si será algo masoquista o pervertido. Pobrecito mio, seguro que no. A este paso me veo como Ana, filmando películas porno y haciendo de puta a los 60 años. Ana es una gran mujer, fue mi primera amiga desde que me inicié en este mundillo, mi mejor consejera. Ella me enseñó todos los trucos de una actriz porno. Sin ellos yo me hubiera hundido en la depresión y mi marido y yo jamás hubiéramos abandonado las colas de la beneficencia en este país en que la palabra beneficencia resulta un sarcasmo para denominar una forma de morir más lenta de la habitual. Jamás se podrá salir adelante en este sistema económico secularmente incapaz. Resulta tal la inhabilidad de nuestra economía que las películas porno que se ruedan aquí ni siquiera se comercializan en todo el país. Creo incluso que no salen de esta ciudad. Ni qué soñar de obtener más beneficios a través de Internet. Y pensar que mis hijos no pueden salir de este pozo. El título que obtendrá Pedrito en la Universidad, donde nos dejamos casi el producto las tres cuartas partes del semen que me tengo que tragar, solamente le permitirá ejercer dentro del país, su prestigio no da ...