1. Educado una familia Cap VI Parte XIV


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Incesto Autor: wendy1988, Fuente: SexoSinTabues

    ... niña linda. bésale a tu mami sus sobacos. anda. huélemelos bien. te gusta eso, Julita. ? -Siii. ssiii. mamita. me encanta olerte y tocarte tus axilas. me gusta como tienes tus pelitos a medio salir. ay. y huelen riquísimo. -Pues sígueme mamando. anda. tállame tu lengüita. ayyy. cómo me gusta eso, Julia. -Ay mami. a mi también. tú no te echas perfume aquí. verdad mamita? -No. no mi niña. eso echaría a perder todo. -Por qué. mamita? -Porque eso. inhibe mis olores naturales. -Y eso. es malo? -Malo no. no precisamente. lo que sucede es que ya no olerían a mí. a mi propio sudor. a mi propio cuerpo. comprendes?. -Ohhh. nunca te eches perfume mamita. a mí me gusta así como te huelen ahora tus axilas. -Si. verdad?. eso lo sé. -Si. mamita. y nunca te rasures todos los pelitos. déjate siempre algo. aunque sea bajitos. me gusta verte así. -Ohh. sí. Julita. pero anda. ven. ahora quiero que te metas debajo de mi falda. -Si mamita. yo también quiero eso. Ella me tuvo que despegar prácticamente de donde me hallaba inserta succionando, jalándome con suavidad la cabeza e indicándome que me bajara hacia sus faldas, las cuales ella había levantado hasta arriba con la clara intención de dejar al descubierto sus reconditeces frontales, sin dejar de estar recostada boca arriba. Yo hice lo que me pedía, colocándome entre sus abiertas piernas, mientras ella me decía ansiosa: -Anda. Julita. ya bájame las pantaletas. apúrate niña. -Si. si. mamita. Llevando mis temblorosas manos hasta la parte ...
    ... superior del elástico de su prenda interior, me di a la deleitosa tarea de despojarla poco a poco de aquellas blancas bragas que ceñían con fuerza las ondulantes caderas y las bellas piernas de blancura extraordinaria de mi mami, hasta dejar al descubierto la preciosa mata de bello púbico de brillante negrura que contrastaba de manera rotunda con la aperlada piel de diosa de su vientre y sus inquietantes verijas color pálido de tersura exquisita. -Explórame allí. anda niña. tócame. hazme lo que tú quieras. Yo no me hice esperar una segunda petición y llevé con confianza mis manos hacia el centro de su triángulo amoroso repujado de ensortijada pelambre, metiendo mis dedos abiertos entre aquel matojo de vellos enredados, bajando y subiendo mis manos una y otra vez sobre su colchoncito anhelante, en tanto no quitaba la vista de su sonrosada hendidura, apreciando que no obstante ser mayor, mi mami cuidaba sin duda alguna esa región palpitante con todo esmero. A decir verdad mi madre era una mujer bastante joven, y no lo digo por su aspecto tan cautivadoramente juvenil, sino que al haberse casado a los 18, calculaba que ahora tendría no más de 34, pero conservaba una belleza extraordinaria tanto de facciones como de cuerpo. A mí siempre me había agradado mi mami, aunque a ciencia cierta no sabía por qué; sin embargo ahora que me encontraba admirando su escultural cuerpo me daba cuenta de que era eso precisamente lo que tanto me atraía de ella, deseando íntimamente conocer por dentro los ...
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