1. Eva


    Fecha: 14/04/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... coloqué de rodillas en el suelo, a su lado, y nos estuvimos besando con suavidad, sintiendo nuestros labios y nuestras lenguas rozarse con sensualidad, mientras le manoseaba las tetas, pellizcaba sus pezones y deslizaba la mano hasta su sexo, y ella me acariciaba la verga, que estaba en un estado de semi-erección. Esos mimos y caricias hicieron que la excitación y el deseo no tardaran en invadirnos de nuevo. Eva separaba las piernas para que mis dedos pudieran penetrar con libertad en su mojado coño mientras mi verga estaba de nuevo bien erecta y dura. Le dije que me moría de ganas de follarla, de poseerla, a lo que ella me respondió: - Y ¿a qué estás esperando ? Le pedí que bajara las piernas y se diera la vuelta, por lo que quedó arrodillada y con la cabeza y los brazos apoyados en el asiento del sofá. ¡Qué maravillosa visión la de ese espléndido culo así levantado y que se me ofrecía totalmente! . No pude resistir las ganas de besarlo y lamerlo, y mientras seguía pajeando su coño con mis dedos, acariciaba con la punta de la lengua su ojete que pronto estuvo mojado con mi saliva y en el que también introduje un dedo. Eso pareció gustar mucho a Eva, ya que agarró un cojín del sofá al que se abrazó con fuerza, mientras entre gemidos me decía lo mucho que le gustaba sentirse así penetrada por los dos sitios a la vez. Acerqué la punta de mi pene a su coño y estuve frotando ...
    ... el glande contra sus labios y su clítoris mientras seguía sodomizándola suavemente con un dedo. Ella gemía y me suplicaba que la penetrara. Empecé a entrar en ella, despacio, poco a poco hasta tener toda mi verga en su interior. Empecé entonces a moverme, al mismo ritmo que movía el dedo que le tenía metido en el culo y con la otra mano acariciaba sus tetas y su vientre bajando hasta su clítoris. Me aplicaba al máximo para darle placer, quería satisfacerla plenamente, y creo que lo estaba consiguiendo ya que Eva hundía la cabeza el cojín y daba gritos ahogados de placer mientras me pedía que no parara. Al cabo de un rato, ambos sentimos la inminente llegada del orgasmo. Le agarré ese hermoso culazo con fuerza con las dos manos, y empecé a bombear con rapidez, a follarla con pasión mientras nos decíamos frases entrecortadas de amor y deseo, palabras tiernas y obscenidades, y nos abandonamos completamente, hasta que una explosión de placer casi simultanea nos hizo gritar; ella se retorcía de gusto al tiempo que mi polla vertía en su interior chorros de leche caliente. Acabamos agotados y empapados de sudor. Nos tumbamos juntos en el sofá, sin hablar, enlazados y disfrutando de esa maravillosa sensación que se siente tras amar de manera tan intensa y satisfactoria como lo acabábamos de hacer nosotros. Y así permanecimos juntos, acariciándonos y besándonos durante largo rato. 
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