1. ¡Gracias hijo!


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Tengo 60 años y desde hace cinco he perdido las erección. Ni con fármacos la he podido recuperar, así que no puedo satisfacer plenamente a mi mujer en el plano sexual. Tengo 60 años y desde hace cinco he perdido las erección. Ni con fármacos la he podido recuperar, así que no puedo satisfacer plenamente a mi mujer en el plano sexual. Ella tiene 54 y sé que no lo lleva bien, pues le gustaba y le gusta mucho ser penetrada por una verga dura y gorda en erección. Tenemos tres hijos, dos chicos y una chica, el pequeño que se llama Alejandro aún vive con nosotros, tiene 19 años y se parece mucho físicamente a mí. Yo he vuelto a hacerme pajas cómo cuando era un chaval. A veces me las hago yo solo y a veces me las hago en presencia de mi mujer mientras la toco y tengo fantasías que creo ya nunca podré cumplir. El otro día salí a comer con unos amigos y le dije a mi mujer que no volvería hasta la noche, pero regresé a media tarde, es decir antes de lo pensado, pues había bebido bastante en la comida y quería descansar. Entre en casa sin hacer ruido. Vivimos en un chalet de dos plantas y por ello no me debieron de oír, pero ,yo sí que oí unos ruidos que venían de la planta de arriba donde estaban los dormitorios. Se oían los jadeos y los sonidos propios que se producen cuando un macho y una hembra están copulando en alegre coyunda. Reconocí rápidamente los jadeos de mi mujer. Estaba claro que estaba follando, pero¿ con quién?. A veces mientras estábamos en la cama haciendo las pocas ...
    ... cosas que yo podía hacer para darle placer le había dicho medio en broma medio en serio que si quería follar con otro yo lo comprendería. Sin duda mi mujer había aprovechado la ocasión y pensando que yo no volvería hasta la noche estaba realizando aquello que yo le había dicho que si quería podía hacer. Comprobar que mi mujer me había hecho cado y estaba follando me excito de tal forma que para gran alegría mía mi polla estaba poniéndose dura , dura y erecta cómo hacía años no se ponía. Subí hasta arriba y me acerqué con mucho cuidado, para no hacer ruido, hasta la puerta de la habitación de la que salían los jadeos. Oí que mi mujer decía eres igual que tu padre cuando lo conocí y follas tan bien cómo él cuando eras joven . Mi mujer estaba follando con nuestro hijo pequeño y eso en lugar de enfadarme comprobé que m e excitaba aun más. En verdad si mi mujer quería follar , prefería que lo hiciese con uno de nuestros hijos que con algún desconocido. Yo empecé a masturbarme y la tenía totalmente dura. Sentía yo a la vez envidia y alegría por mi hijo. Entonces, mi hijo se corrió en medio de grandes jadeos y decía mamá ,mamá, que buena estás. Yo tenía unas ganas enormes de participar, pero dudaba, pero el hecho de tenerla otra vez dura y erecta y poder penetrar a mi mujer me hizo entrar en el cuarto ,diciendo hijo ahora me toca a mí. Por la cara que puso mi hijo parecía asustado , pero yo lo tranquilice diciéndole: Campeón, que buena está tu madre y que bien te la has follado, ahora ...
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