1. Patty


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tengo 50 años y llevo 20 años de casado, manteniendo una vida sexual muy activa con mi esposa. He sido deportista, lo cual me ha ayudado a mantener una figura atlética, pero más que eso he cultivado una personalidad agradable y trato de ser una persona de fácil, especialmente con la gente joven. Ahora les relataré lo que, sin proponérmelo, sucedió con la hija de mi cuñado, el hermano de mi esposa, una hermosa criatura de 18 años, de cara preciosa, alta para su edad, muy alegre y con un cuerpo, que ya muestra unos bellos senos, erguidos y con una redondez que se aprecia fácilmente gracias a las modas que ahora usan las jovencitas y que ella también acostumbra a usar, con un top que destaca su precioso busto y deja al desnudo su cintura y a la vista su hermoso ombligo y unos bluejeans de tiro corto que le hacen ver plenamente su cinturita delgada, sus caderas bien demarcadas y la redondez de sus nalgas. En conjunto es una preciosa jovencita de cabello largo y sedoso, labios carnosos, sonrisa espléndida que muestra una muy bien alineada dentadura y como complemento, unos ojos grandes, negros, alegres y que muestran toda la vivacidad de su edad. La llamaremos Patty Aunque nuestros encuentros no eran muy frecuentes, en cada oportunidad que me encontraba con Patty, ella siempre demostraba una especial atención hacia mí, porque yo le hacía bromas y comentarios graciosos sobre cualquier tema y ella parecía disfrutar mucho de mi compañía. Yo siempre lo tomé como algo propio de su ...
    ... edad y aunque últimamente me parecía cada vez mas linda, nunca traté de insinuar ni pensar nada distinto a una agradable comunicación y si se quiere hasta algo de complicidad en las críticas que nos hacíamos al oído sobre algunos miembros de la familia. En algunas ocasiones, con ingenuidad y sin malicia, se sentaba en mis piernas y me decía que le contara cosas graciosas o recostaba su cabeza en mi pecho para reírse de alguna ocurrencia en nuestras cortas charlas. Un sábado en la tarde estando de visita en la casa de su abuela, mi suegra, donde regularmente nos reunimos los miembros de nuestra familia, la noté particularmente cariñosa conmigo, al punto que, ese día, se acercó a mí cuando yo estaba en la sala de la casa conversando con todos los demás y con toda naturalidad se arrodilló a mi lado y puso una de sus manos en mi pierna, muy cerca de la zona donde reposaba mi verga...hasta ese momento. Cuando empezamos a conversar y a reírnos con alguna complicidad por la burla que hacíamos de la forma de vestir de alguna de las personas allí presentes, noté que ella movía suavemente su mano y cada ves se acercaba mas a mí miembro que ya se había despertado y empezaba a ponerse duro y excitado. Yo trataba de disimular mi excitación, pero al reír y seguir conversando con ella, su bella sonrisa y sus preciosos ojos me invitaban a querer tenerla allí, cada ves mas cerca de mí. En un momento dado, en que algún comentario mío la hizo reír con mas fuerza, ella alzó un poco su mano de mi ...
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