1. Mi primer cliente como puta fue un viejo fetichista (I)


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Autor: MariaDream, Fuente: CuentoRelatos

    En esta ocasión, os escribo queridos lectores parar contaros como fue la primera vez que tuve contacto con prácticas sexuales no convencionales, coincidiendo ésta también con la primera vez que de manera oficial ofrecí mis servicios como puta a cambio de dinero. En primer lugar me gustaría pedirles comprensión. El haberme prostituido ha sido una decisión personal, nadie me ha obligado, y bien sea por encontrarme en necesidades económicas o por el simple hecho de que me apetezca mamar una polla, creo que es algo que ha de ser respetado y por lo cual no me gustaría ser juzgada ni etiquetada. En segundo lugar, he de dejar claro que probablemente esta sea la experiencia sexual donde haya experimentado cosas fuera de lo convencional, y que quizás puedan herir la sensibilidad de personas acostumbradas al sexo cotidiano. Por favor, ruego que entendáis lo que aquí os cuento, que respetéis los gustos de cada persona, por extraños que puedan parecer, y que veáis lo que hice como una simple chica que está haciendo su trabajo lo mejor que puede. Cuando estaba en mi segundo curso de carrera, y tras ser conocedora de otras compañeras que habían tenido necesidades económicas y ocurrido al negocio sexual para cubrir sus gastos, y justo después de haber terminado una relación con mi pareja de 3 meses, decidí que era el momento de al menos una vez en la vida experimentar lo que se sentía al ser contratada para el sexo. El dinero nunca viene mal, pero fue el deseo y las ganas de ser usada lo ...
    ... que me condujo a la casa de aquel hombre. No pude publicitarme bien en la vida real, por lo que no me quedó más remedio que acudir a una web de citas en la que concertar encuentros con otras personas. Fue allí donde pude entrar en contacto con Carlos, un hombre mayor de 68. La edad puede que os parezca algo asquerosa, y pensar de mi lo peor por estar dispuesta a entregarme a un hombre de tan avanzada edad siendo tan joven (20 años), pero el corazón me decía que debía de hacerlo, y pensé que un hombre de su edad probablemente me trataría bien. Tras unos días hablando, empezamos a tener confianza, y él terminó confesando que deseaba tener sexo conmigo, siempre a cambio de dinero y con mi consentimiento. Lo peculiar de esta historia, es que él me prometió que en nuestro encuentro no llegaría a penetrarme, pero que tendría que cumplir con cualquier deseo o requerimiento suyo. No podía comprender como un hombre me pagaría a cambio de no tener penetración alguna, pero pronto descubrí que sus perversiones iban mucho más allá de ello. Tras concertar una cita, llegó el día de acudir a su casa. Era un día lluvioso, por lo que iba abrigada por la calle, vistiendo unas mallas negras de algodón y una camisa blanca, cubierta por una rebeca de lana. Llegué hasta su departamento, en el tercer piso de un bloque residencial. Toqué a la puerta, y tras una breve espera, el caballero me abrió. Era un hombre mayor efectivamente, no muy alto, algo grueso, y lo más sorprendente de todo, vestido con ...
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