1. Secretos de familia. La tía es mi puta (Parte 1)


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Somos una familia de monogamia flexible, la tía estaba necesitada de “carne en barra”, yo todas las ganas, recibió la mejor de las cogidas. Confesó: -Soy tu puta, tu puta! Soy parte de una numerosa familia, que nos consideramos “open mind”, sin tantos prejuicios, donde el valor que priorizamos son las lealtades y sobre todo la discreción, según dice el abuelo, una especie de patriarca “los trapos sucios se lavan en casa”, reconozco que somos algo machistas donde los hombres tienen una bien ganada fama de mujeriegos, aunque en el habla familiar se los prefiere llamar “cazadores furtivos”. Es lo que se podría decir de frágil fidelidad, y como no podría ser menos las mujeres adhieren y entienden que los valores familiares no se modifican por alguna infidelidad circunstancial. No somos promiscuos sino que podría decirse que es una familia donde se practica la monogamia flexible. Familia con códigos de conducta done los secretos de familia no prescriben, todo se cocina en casa. Era necesaria una explicación somera para poder entender una de las muchas historias que se producen puertas adentro. En esta ocasión voy a referirme a un hecho que me tuvo como protagonista, siendo partícipes necesarios, la tía Nené, esposa del tío Roque y Alan, otro primo que me sirvió de cómplice para hacer de la tía mi putita. Desde que el tío Roque presentó en familia a Nené, tercera esposa, sentí que toda ella me atraía como pocas mujeres, que llegaba justamente en una reunión de mis flamantes ...
    ... dieciocho. El roce de su cuerpo en la felicitación, fue algo que me turbó la razón, al momento de la despedida quedamos un poco fuera de escena, sentí la oportunidad de mostrarle mi deseo, la besé casi en la comisura de sus labios… Me miró y dijo: - En mi costumbre, damos dos besos. Puso la otra mejilla, ahora el beso fue sobre la comisura labial. Se quedó ese instante, la mirada y el gesto de apretarme los brazos eran toda una definición de se sentía halagada, que yo traducía como: ”tendrás algo más para mí?” Las mujeres de la familia comentaban que los cuarenta años de Roque no podían darle “toda la máquina que Nené necesitaba, que venía para comerle la billetera” y comentarios por el estilo. Estos antecedentes hacían crecer mis ganas por “darle máquina” que según suponían los setenta y pico del tío no podían surtir de sexo a esta mujer que agiganta el deseo con cada comentario. En la primera reunión familiar, esas donde abundan los buenos vinos y los licores fuertes, busqué un momento para retomar ese primer acercamiento. Aprovechando que venía con unas copas de más y que hacía bastante calor dentro la invité a salir a tomar un poco de fresco. Tan pronto estuvimos acodados en el balcón, le propuse un brindis. - No eres joven para estar bebiendo? - Tengo 18 y con muchas ganas… - Ganas de…? Si se puede saber… - Ganas de… disfrutar… - De la noche? (pregunto) - De la noche y de…. - Vamos… o es que no puedes seguir?.... - Si no me abofeteas?... – Claro que no. Quiero saberlo… - Ganas ...
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