1. La gorda de la finca


    Fecha: 23/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo Duro Autor: stevepower1985, Fuente: xHamster

    En ese tiempo, yo trabajaba con un tío mío, ayudándole en la instalación de faenas. Consiguió un trabajo de instalar una red de agua, desde un río a unas casas de campo, donde se plantaban distintos productos, junto con la crianza de ganado.Las casas no eran para nada ostentosas, al contrario, digamos que casas muy pobres, de barro, pero con grandes terrenos cultivables, con humilde gente de campo, sin embargo los costos de nuestros trabajos eran financiados casi en su mayoría por el estado.El trabajo daba como para uno a dos meses, a si que, como jefe de obra, tenía que recorrer las casas y terrenos, viendo por donde pasaríamos los tubos etc. Y fue a si como la gente del lugar, comenzó a conocerme, a saludarme con mucho respeto, a pesar de mi corta (edad 27 años) ypor sobre todo, agradecidos por el trabajo que estabamos haciendo.Todos los lugareños, que no eran muchos, me autorizaron a entrar sin previo aviso a sus terrenos, ya que constantemente tenía que hacer mediciones y otras cosas.Una tarde que entré al terreno de Don José, junto con otro muchacho que me ayudaba, siento que el dueño de casa, me llamaba desde su casa. Nos acercamos; el viejito nos estaba invitando a comernos unas empanadas que recién había sacado su señora del horno de barro, junto a un buen trago de vino.No me pareció nada de mala la idea, a si que nos sentamos bajo las parras a de gustar las empanadas de campo. Don José era un viejo de campo, de unos 70 años calculo yo, flaco, chico, pero muy ...
    ... alegre. Su señora, que la conocí ese mismo día, era una mujer más alta que el, calculo unos 55 años, un poco gorda, tés morena, con unos pechos gigantescos, bueno todo en ella era grande, pero sus pechos tenían un volumen descomunal. A diferencia de su marido que era tan conversador, esta mujer era muy callada y solo se sentó detrás de su marido y se sonreía de las cosas que hablábamos, sin embargo la mirada de esta señora era muy especial, tenía como algo de picaresca y me miraba directamente a los ojos.Terminamos de comer y agradeciéndoles su hospitalidad, continuamos nuestro camino a los terrenos de don José. Mientras caminábamos, me sentí observado..... doy vuelta la mirada ....... era la señora de don José que parada al lado de un árbol nos miraba alejarnos. Caminamos un poco mas allá y volví la mirada encontrándome nuevamente con su mirada y su sonrisa picarona.Comentamos con mi ayudante el tamaño de las tetas de la señora Rosa, realmente era extravagantes. Mi ayudante comenzó a bromear como la vieja no me había quitado los ojos de encima.Al salir nuevamente del terreno, la señora Rosa con su marido estaban sentados a la sombra de un gran árbol. El se despidió de nosotros, ella solo sonrió. Nuevamente mi ayudante volvió a m*****ar con la mirada de doña Rosa, y para que andamos con cosas, el tenía razón, la mirada de ella era completamente insinuante. Al otro día nuevamente tuvimos que ir a los terrenos y nuevamente paso lo mismo.Paso como una semana y cuando venía en mi ...
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