1. Mi tío, mi tía y yo, en la misma cama


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos

    Mi tía Rosa y yo estuvimos viéndonos constantemente a lo largo de un poco más de un año, alegrándole sus días de soledad, y ella complaciendo mis ansias de jovenzuelo loco por el sexo. De tal manera que yo la visitaba por las noches en forma continua, disfrutando de las mieles de su amor, y de su menudito pero bien formado cuerpecito, ella también se notaba feliz, puchita llena corazón contento. Hasta me dio llave de la puerta trasera, para que pudiera entrar con confianza por las noches, tener una rica sesión de sexo desenfrenado como el que ya teníamos. Esa noche llegue a la ciudad ya tarde, como a las 3:00 am, porque me enviaron a tomar capacitación de la empresa, y pensé en darle la sorpresa llegando de improvisto. Deje la camioneta en una calle contigua, y sigilosamente entre a su casa sin hacer el menos ruido, estaba pensando en algo que se me había ocurrido de pronto. Me deslice como gatos entre las sombras en el interior de su casa, las luces estaban apagadas, solo la luz de la calle se filtraba por los ventanales, iluminando un poco el interior. Llegue a su habitación y con mucho tiento me acosté a su lado, bajos las sabanas, ella estaba dormida profundamente. Mis manos hurgaron entre sus nalgas y las separe un poco para penetrarla, y para esto yo ya me había quitado la ropa en el camino, estaba en pelotas, y me puse de cucharita con ella, y le apunte mi verga en su puchita, y se hundió como mantequilla, cosa extraña porque la tengo gruesa, no tan larga pero ...
    ... gruesa, y casi siempre respinga cuando se la meto. Mi pene entro casi en su totalidad, y para que entrara el último tramo le empuje algo fuerte, ella se despertó de pronto, y me miro con los ojos desorbitados, se zafó y se volteó de frente a mí, y me tapo la boca con su mano, y con la otra me hizo la señal de que no hiciera ruido. Yo no comprendía porque tanto misterio, y no alcanzaba a distinguir nada, hasta que mis ojos se habituaron a la oscuridad y pude descubrir de que se trataba. ¡Puta madre!, ahí estaba mi tío dormido, había llegado esa tarde de estados Unidos, afortunadamente había estado tomando y dormía profundamente. -¡y ahora que putas hago, le dije a Rosa, muy despacito! -¡vete! pero no hagas ningún ruido. Mi tío se hizo como que despertaba, y yo temblé de miedo, la adrenalina estaba a tope, si me descubría no sé qué haría, era de esos que carga pistola, aunque la pistola que necesitaba no le funcionaba bien. Estaba paralizado, pero extrañamente mi verga seguía tiesa, y pensé en esos momentos de silencio, y si lo hacemos así, con mi tío dormido a un lado, seria extremo y emocionante, al filo del peligro. Total que podría pasar, si se despierta me meto bajo la cama, además sus ronquidos indicaban que dormía la mona plácidamente. -¿te cogió? Pregunte a Rosa susurrando en su oído, ella asintió con la cabeza, y con el dedo índice me dijo que una vez. -¿cogemos?, ella abrió los ojos otra vez y me dio un codazo, me aguante el dolor y la puse de cucharita. -¡estás loco! me ...
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