1. Masajista Maduro


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, tengo 27 años y descubrí esta pagina hace tiempo, me gusta leer algún relato de diferentes categorías y me he decidido a contaros mi experiencia. Hasta hace unos meses me consideraba un hetero curioso, hasta que conocí a mi masajista madurito particular. Trabajo en unas oficinas y mi actividad física son los cuarenta minutos de gym cada dos días. Tengo las cervicales doloridas tras horas y horas de ordenador, pero lo que no aguanto mi cuerpo, fue la mudanza de un colega. Sentí un dolor intenso al cargar un mueble enorme sobre una furgoneta. Al día siguiente, una compañera de trabajo me recomendó un masajista muy bueno que estaba cerca del trabajo. Me puse en contacto con el por teléfono y quedamos en su casa ese mismo día, termine el trabajo y me dirigí a la dirección que me indico. Estaba cansado, me apetecía relajarme y comprobar que se sentía en manos de un profesional del masaje. En apenas media hora llegue al domicilio y algo impaciente llamé al timbre. Tardo un rato en abrir y cuando lo hizo me sorprendió su aspecto. Me invito a entrar y a pasar a una habitación ambientada para la meditación. Tenía un hilo musical con música de relajación y por las paredes de la habitación colgaban fotografías de paisajes naturales bellísimos. Una camilla dominaba el centro del cuarto, junto un armario con un montón de frascos al fondo y poca decoración más. Desde la puerta mantuvimos una conversación amistosa, más bien de protocolo. Le interesaba como supe de sus servicios y si ...
    ... tenia buenas referencias sobre el. Después pasamos al tema profesional, quería saber que me ocurría y donde se centraba la zona dolorida. Le explique como me produje la lesión y le señale la zona lumbar, interesado me pidió que me quitara la camisa mientras se acercaba y arrimaba sus manos a mi espalda. Después de explorar la zona y de hacer varias preguntas me indico que parecía que tenía una contractura muscular en la zona lumbar. Me pregunto si notaba que me tiraba la nalga y el muslo y mi respuesta fue afirmativa. Me explico que me daría un masaje suave para no dañar la zona y que mejor si lo hacía completo. Mi ignorancia en el tema era enorme y no tenía ni idea que era un completo, asentí con la cabeza esperando sus instrucciones. Me dijo que me fuera desvistiendo y me cubriera con la toalla que se encontraba sobre la camilla, mientras el se excusaba un momento. Me fui quitando la ropa hasta quedarme con el bóxer, agarre la toalla y no supe que hacer, y espere. Al entrar me miro y sonrío, me dijo que era mejor que me quedara desnudo del todo ya que la lesión era parte de la zona de la nalga. Un tanto apurado me quite la prenda que me quedaba y tape mis partes con la minúscula toalla, el como buen profesional se encontraba de espaldas preparando los utensilios necesarios. Me tumbé en la camilla y introduje la cara en un orificio que tenía, al momento el ya se encontraba a mi vera dándome una serie de consejos y advertencias. Sus manos entumecidas comenzaron a resbalar por ...
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