1. Reforma de interiores


    Fecha: 29/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo en Grupo Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... probaba la temperatura del agua. Entré en la bañera y me puse debajo del chorro de agua que cayó como una bendición sobre mi cuerpo caliente, con mis dos manos me acaricié las tetas suavemente, crucé los brazos bajo ellas, y recibiendo el excitante golpeo del agua, noté como se me habían hinchado levemente, señal de mi excitación ya imposible de disimular.Marko y los demás, que se habían olvidado de la obra, miraban ya sin ningún pudor a través de la ventana. Cogí el jabón y eché un buen chorro por todo mi cuerpo, empezando a recorrer con la esponja, despacio, cada milímetro de mi piel. Inmediatamente un buen montón de espuma cubría mi cuerpo mientras yo seguía acariciando mis tetas, mi tripa, mis mulos y mi culo. Me pellizqué levemente los pezones, ya completamente tiesos por la excitación y el frescor del agua, mientras con los dedos comencé a acariciarme la vulva, primero por fuera, despacio, separando de vez en cuando los labios, y luego introduciéndomelos lo más adentro que podía, seguí con ese juego hasta que mis gemidos fueron convirtiéndose en pequeños gritos de placer. El chorro de la ducha hizo el resto, abriéndolo a tope lo dirigí contra mi vagina hasta que el orgasmo me hizo doblar las rodillas y los gritos, ya incontenidos, martilleaban los oídos de mis improvisados “voyeurs”.Decidí que el espectáculo iba a llegar hasta el final, e inclinándome ligeramente hacia delante exhibí mi culo ante mis atormentados mirones. Un buen montón de aceite sobre mi grupa empezó ...
    ... a deslizarse por ambas nalgas y también por la raja de mi culo. Con las manos algo pringosas me acaricié y me acaricié, abriendo y cerrando el agujerito de mi ano hasta que cogí el consolador que me había regalado Luis y nunca me había atrevido a usar, y comencé a introducírmelo despacio. Me dolía un poco, pero a la vez sentía un placer desconocido, diferente a todo lo anterior, cuando cada una de las bolas que iban entrando en mi culo causaba una nueva sensación en mí.Seguí un rato metiendo y sacando ese aparato de mi ano, hasta que una nueva sacudida de placer, acompañada por los dedos que jugaban con mi clítoris me hizo retorcer de gusto. Casi perdí la noción del tiempo, respiré dos veces profundamente, dejé que el agua cayera un instante más sobre mí, cerré la ducha, me puse el albornoz y las chanclas, esperé a secarme un momento y salí del baño.Me dirigí despacio a mi habitación, y antes de entrar, giré la cabeza para ver tras de mí, mirándome con ojos de necesidad, asombro, admiración y deseo, a tres hombres que se encontraban ante la situación más incierta de su vida.Paré, volví a mirar atrás, y me fui.Antes de llegar a mi habitación oí el ruido de los pasos detrás de mí. Me senté en un lado de la cama, cruzando las piernas y haciendo que mi muslo izquierdo quedara completamente al aire. Fueron entrando despacio, de uno en uno y se colocaron alrededor de la cama, solo Marko se acercó hasta mí.Estaba completamente excitada. Hacía rato que había decidido, sin saber muy ...