1. Ayudando a mi hermana a rasurarse


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Incesto Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos

    ... sillas y en el piso quedo lo demás. Comente que era lo último que movía ese día y dije que ya era hora de descansar, me di cuenta de que ninguno de los dos tenia mudas de ropa, ella comento que no le hacía falta nada por ese día, decidí bañarme, al salir utilice una bermuda que mantenía en el departamento sin ropa interior. Ayude a mi hermana a salir de la silla de ruedas y acomodarse en su lado de la cama, pese a la incomodidad y la falta de costumbre, dormí de corrido aun con la incómoda bermuda. Al amanecer, la tarea del desayuno fue solventada entre bromas y juegos, se manejó mejor a la hora de llevar los alimentos a la boca y con una nueva lista de pendientes Salí bromeando al decirle que quería los platos limpios a mi regreso. A mi regreso, tome una cerveza y encendí la pantalla, nuevamente una peli porno corría, era otra de la colección que guardaba, sin decir nada, pare y cambie de canal, voltee a verla y en su semblante pude ver que se había sonrojado. Antes de pasar a más de la historia debo describir a mi hermana, tiene 24 años, mide algo más de 1.65 y por lo que recordaba hasta ese momento, tenía un busto de talla b y un buen trasero levantado y redondo, en pocas ocasiones habíamos salido juntos y dado que le llevo cuatro años, nunca la vi ni siquiera con morbo, de adolescente me gustaban las mujeres mayores y ahora a los 28 empezaba a salir con chicas de mi edad o menores uno o dos años, por mi parte mido casi el 1.80 y mantengo un cuerpo marcado y definido por ...
    ... la genética más que por el ejercicio, eventualmente juego básquet y disfruto la natación. Por todos los acontecimientos en el último mes, no había tenido oportunidad de encontrarme con alguno de mis ligues y mucho menos liberar la tensión así que con los breves instantes que había visto en la tele, mi pene se desperezo entre mis piernas. Acomode toda la ropa que había traído en una cajonera que había sacado de su recamara, cuando pregunte que necesitaba, antes de organizar la comida, me dijo: -¡Quiero bañarme! ¿No se te hace?, tú te has bañado todos los días y yo tengo casi treinta días sin hacerlo, bien. Reflexione en el hecho y sin comentar nada, empecé a despejar el baño para llegar con la silla de ruedas hasta la regadera cuando estaba listo empezamos a ver cómo proteger su escayolado, empezamos a remover sus ropas. Sorpresa, mi hermana no tenía ropa interior y de inmediato pude apreciar que sus senos no colgaban y se mantenían erguidos con grandes aureolas y pezones que sobresalían de ellos casi un centímetro, sin querer roce ambos al momento de enredar plástico de envoltura sobre las zonas enyesadas, antes de proceder a proteger el enyesado de la pierna, pude apreciar que bajo sus brazos unas grandes matas de pelo castaño sobresalían, al bajar sus pantalones, igual sorpresa un gran matorral dejo apenas entrever la hendidura de mi hermana, creo que la hacía lucir más abultada, sin querer mi pene me recordó cuando lo sentí expandirse bajo mis pantalones. -¡Vez, necesito ...
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