1. Un día de mis vacaciones (II)


    Fecha: 03/05/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    - ¡Pero dijiste que íbamos a vernos mañana! No puedes hacerme esto, no sabes cuánto te necesito aquí, Cata por Dios ven rápido, haz todo lo que puedas, ¡estos meses han sido años sin ti! - Sí Andrea, veré si mis padres no molestan, se calman y puedo ir rápido, para mí también ha sido mucho tiempo, pero por favor comprende, mi papá está furioso conmigo... además Pablo está insoportable... Un silencio profundo era lo único que había entre ambos auriculares. - ¿Qué? ¿Cómo que Pablo está insoportable? ¿Es que acaso debes pedirle permiso a él? - Andrea, por favor, allá te explicaré todo... si puedo ir claro. - Seguro que podrás venir, te esperaré en donde dijimos, tengo que colgar. - Está bien -dijo comprensiva Cata- Te quiero... - Yo también te quiero. Después de esa charla quedé pensativa, habían pasado cinco meses eternos para las dos donde sólo nos habíamos hablado por teléfono y donde la había extrañado más que a nadie, después de vivir con ella todos esos momentos tan intensos en mis pasadas vacaciones su recuerdo se había hecho presente día tras día, esperando para este fin de semana, en que Cata había logrado conseguir el permiso de sus padres para acompañar a una tía que tenía que hacer una diligencia en esta pequeña ciudad y donde habíamos concertado vernos la mayoría del tiempo; me molestó el comentario de su novio Pablo, ella no tenía por qué darle explicaciones, a veces pensaba en la posibilidad de que Cata quisiera más a Pablo que a mí o que su líbido se elevara más ...
    ... con él que conmigo, pero lo consideré demasiado improbable. Pablo era su pasatiempo, lo quería, pero según lo que me ha confesado prefería media hora conmigo que un fin de semana con él, a veces era insoportable. Escuché el segundo llamado de mamá para bajar a cenar y lo hice, la comida era deliciosa pero ni eso hacía que pudiera concentrarme en algo, todas mis energías eran para Cata, nuestro pronto encuentro, que ahora era una simple probabilidad, me aterraba la idea de tenerla que esperar por más tiempo: - - Mamá, Cata de pronto viene con una tía, todo el fin de semana lo pasaré con ella. - Ah, qué bien, -dijo mamá- y eso ¿por qué? - La tía tiene que hacer una diligencia aquí y aprovechando que no está muy acosada en el colegio vendrá estos dos días. - - Mi mamá asintió, ninguno de mis padres (y supongo que los de Cata tampoco) sospechaban algo de nuestra profunda relación, terminé de comer y me dirigí de nuevo arriba, miré el teléfono y tuve la fuerte tentación de tomarlo y llamar a Cata para preguntarle si vendría o no de una vez por todas pero recordé la amenaza de papá el mes anterior: "Si la cuenta del teléfono vuelve a llegar así de cara te corto las llamadas de larga distancia" yo no podía arriesgarme a eso, más vale pájaro en mano que cien volando, prendí el televisor tratando de despejar la mente y de matar el tiempo, necesitaba que fuera mañana para ir al lugar acordado con Cata y esperarla, ojalá pudiera llegar, ojalá la pudiera ver. Me quedé dormida con el TV ...
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